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El club más devoto

Casi 25 años antes que Torres, otro cura, José Vázquez, llegaba a la presidencia del Lalín

El sacerdote José Vázquez, ayer, en Lalín. // Bernabé

Tras anunciarse que Marcos Torres era el nuevo presidente del Club Deportivo Lalín, la noticia corrió más allá de los límites habituales. El hecho de que un cura se hiciese cargo de un equipo de fútbol sorprendió a muchos y las bromas sobre el posible apoyo divino que recibirán los del Cortizo no se hicieron esperar. A pesar de esta sorpresa general, la presencia de un cura como máximo responsable del Lalín no es nueva. Hace 24 años, otro sacerdote fue elegido como presidente de la entidad rojinegra, José Vázquez Diéguez.

A sus 80 años, Vázquez ejerce como cura de Alceme, Alvarellos, Castro, Maceira y O Sixto. El sacerdote disfruta ahora de una vida más tranquila, nada que ver con el proyecto en el que se vio metido en la temporada 1992-93. Por aquel entonces José Cuiña convocó una asamblea de urgencia para encontrar una directiva para el Lalín. Eran otros tiempos, años dorados para un club que por aquel entonces peleaba en Segunda B rodeado de los equipos de grandes capitales y ciudades españolas. A aquella reunión acudieron un gran número de personas, entre ellas el cura de O Sixto. Una votación secreta terminó con Vázquez asumiendo la presidencia del Lalín. "Era algo a lo que no te podías negar", recuerda.

A partir de ahí, el sacerdote se convirtió en el responsable de un equipo con un presupuesto que sonrojaría a los que el club baraja hoy en día. El apoyo sin embargo también era diferente. El Lalín era por aquel entonces un equipo que despertaba una gran ilusión en el pueblo, con un gran número de aficionados detrás y el respaldo de muchas empresas.

"Fue una etapa muy bonita de mi vida", recuerda el sacerdote. "Los socios y la gente en general fueron muy generosos conmigo. También las empresa nos apoyaron. Todo Lalín nos demostró un gran cariño y se volcó en ayudar al equipo", manifestó. Vázquez pasó una temporada como presidente, en un año en el que el Lalín terminó descendiendo a Tercera División. En aquella época peleaba con equipos como el Salamanca, el Ourense o el Pontevedra, siendo la gran carta de presentación de la capital dezana por toda España.

En cuanto al hecho de ser sacerdote, Vázquez reconoce que no fue algo que influyese. "Después de esa asamblea dejé de ser el cura de O Sixto. De un día para otro pasé a ser el presidente del Lalín", recuerda. El cura desea ahora la mejor de las suertes a Marcos Torres en su etapa al frente de la entidad rojinegra. "Es una persona joven y con mucha ilusión. Su edad le permite estar en muchos frentes y hacer muchas y buenas cosas. Ser presidente del Lalín es además una oportunidad para llegar a gente joven", manifestó. "Marcos tiene la capacidad para ser el presidente del Lalín. Le deseo mucha suerte", añadió el sacerdote dezano.

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