El Coreti Rugby Lalín aseguró el pasado domingo la permanencia en Primera Territorial tras destrozar al Fendetestas en la fase por la permanencia. Fue un partido especial para los "abellones", que conseguían de esta manera su meta de continuar entre los mejores de Galicia al tiempo que van dando entrada en el primer equipo a jóvenes valores de su cantera. Ese partido tuvo sin embargo un cariz especial para dos de los rojinegros. Santi Castro, en las últimas temporadas entrenador y jugador del Coreti Lalín, y Agustín Crespo, jugador del equipo y también entrenador del conjunto femenino, jugaron su último partido como rojinegros. Tanto uno como otro cierran de esta manera una etapa de su vida para iniciar una nueva, aunque dejan clara su intención de seguir ligados al Club Rugby Lalín de una u otra manera.

A sus 31 años, Agustín lleva 12 formando parte de la familia de los "abellones". Llegado a este punto, el jugador dezano ha decidido colgar al botas al no poder atender al cien por cien todas sus aficiones deportivas. "Lo dejo por saturación. Para estar a medias en un sitio prefiero no estar. Yo soy de los que digo que si estás en algo tiene que ser al cien por cien", explicó. "Aquí hay un gran grupo, con grandes personas y una gran unión en el vestuario pero el problema es que no me dan las horas de entrenamiento. Este año estoy corriendo también en raids de orientación y hago triatlón. Muchas veces pierdes de inscribirte en pruebas a las que te gustaría ir al estar en la temporada de rugby. Es complicado y más cuando llega esta época y empiezan las carreras más importantes", añadió.

Durante su carrera deportiva, Crespo siempre ha compaginado la práctica del rugby con otros deportes pero considera que ha llegado el momento de dar un paso más en esas otras aficiones. "Desde que empecé compaginé el rugby con el triatlón. En los doce años que llevo aquí nunca tuve una lesión muscular y eso que voy a entrenar al rugby después de los entrenos de triatlón. Llega un momento sin embargo en el que se hace duro compaginar si quieres tener un compromiso con el equipo".

"De todos estos años me quedó con todo, porque el rugby me enseñó mucho. Este deporte me enseñó que lo primero es el bien del equipo. Me quedo con los amigos que tengo, que son para toda la vida. Me quedo con grandes momentos vividos. Esto es más que un deporte", explica.

Santi Castro, de 35 años, comenzó su historia de pasión por el rugby muy joven. Con solo 14 años empezó a jugar un deporte que se convirtió en una forma de vida. Ahora sin embargo ha decidido colgar las botas. "Son ya muchos años jugando al rugby y tuve muchas lesiones. Es mejor retirarse del rugby, que el rugby te retire a ti. Creo que ha llegado el momento porque el cuerpo cada vez te va piendo más descanso. También me gustaría dedicarle algo de tiempo a otras cosas. Seguir en el gimnasio y hacer algo de bicicleta de montaña", manifestó el técnico-jugador.

Castro espera seguir colaborando con el club, aunque descarta seguir como entrenador. En sus dos décadas en el club, reconoce que ha acumulado grandes momentos que se llevará para siempre. "A nivel deportivo me quedo con los años que jugamos en Nacional y con la final de Copa que se celebró en Lalín. Fuera del campo me quedo con la gente que conocí. Soy como soy gracias al rugby. Es un tópico pero es cierto que se transmiten unos valores que quedan para toda la vida. En el campo siempre dependes de los compañeros y se crean grandes vínculos", explica.

"Este club tiene ya 28 años y sabemos que el futuro está en la cantera. Tenemos más de treinta niños en los colegios. Yo empecé con 14 pero mi hijo empezó con 7. Eso es bueno para el club y para el rugby. Todo son ciclos y hay que dejar paso a otros", afirmó.