El Embutidos Lalinense viajará mañana a la pista del Calvo Xiria con la intención de ganarse el derecho a seguir soñando. Iniciada la segunda vuelta de la competición, los rojinegros tienen por delante la parte más importante de la temporada. Serán tres jornadas consecutivas ante rivales directos en la parte alta de la clasificación, tres partidos que determinarán si el equipo de Paco Aguiar puede pelear por meterse en la fase de ascenso o tiene que conformarse con un puesto en segunda fila.

Los lalinenses se han movido toda la temporada en una montaña rusa de emociones. Ilusionaron con un comienzo fulgurante y buenas sensaciones sobre la pista pero la competición los devolvió rápido a la cruda realidad. Xiria, Luceros y Chapela les endosaron tres derrotas consecutivas que hicieron temblar los cimientos de un equipo que aspiraba a más que estar en la zona media.

A partir de ahí, el Embutidos Lalinense encontró campo abierto para volar. Los partidos contra rivales de la zona media-baja le permitieron enlazar una serie de victorias consecutivas que los acercó de nuevo a la cabeza. Su escalada sin embargo volvió a frenarse con una nueva derrota ante uno de los equipos de arriba, el Atlético Novás. El destino sin embargo ha dado una nueva oportunidad al equipo dirigido por Paco Aguiar y esta vez todo apunta a que será la última. Los rojinegros afrontan de nuevo su serie de tres partidos contra el líder, el Xiria; el Luceros, sexto; y el Chapela, segundo. Las derrotas contra los tres son una sombra que oscurece sus ilusiones pero los rojinegros saben que llegados a este punto al borde del abismo, tienen mucho que ganar pero poco que perder.

Su primera prueba será mañana en la pista del Calvo Xiria. La apuesta a todo o nada de los rojinegros se complica porque nadie ha conseguido ganar esta temporada en Carballo. Los de Aguiar tienen sin embargo un plan. Saben que la victoria pasa por aguantar el fuerte ritmo que suele imponer en Xiria. Para seguir soñando habrá que correr más rápido y más lejos.