El Embutidos Lalinense tuvo nueve partidos para soñar pero solo fue necesario uno para despertar y encontrarse una vez más esta temporada con la dura realidad. Los rojinegros venían de una espectacular racha de resultados, un paso adelante que los situaba como un aspirante claro a la tercera posición que ocupaba el temible Novás. Esa progresión se mostró sin embargo insuficiente en el momento de la verdad. Los de Aguiar hicieron lo que se esperaba de ellos y plantaron cara a su rival durante todo el encuentro. La losa para los rojinegros es que, en el momento clave, las buenas intenciones, las dinámicas y el esfuerzo claudican en muchas ocasiones ante la calidad y la experiencia.

El equipo dezano salió al abarrotado y entregado pabellón de O Rosal para jugar un partido en la cumbre ante un rival que no escatimó y que tuvo que terminar empleándose a fondo para ganar. Los de Jota sufrieron incluso en una primera mitad en la que la mayor velocidad e intensidad defensiva de los visitantes les pasó factura. Los de Aguiar llegaron a tener ventajas de tres goles pero al descanso el marcador reflejaba un empate (13-13) que dejaba todo por decidir en la segunda parte del choque.

El asalto decisivo mantuvo de inicio el mismo guión, con el Embutidos Lalinense logrando pequeñas rentas que eran siempre respondidas por los locales. Con los rojinegros un gol por encima, el Novás firmó una buena racha de 5-1 que le permitió ponerse por delante con una pequeña renta. Los visitantes no consiguieron volver a igualar la contienda. Su oportunidad más clara para acercarse llegó a falta de un minuto, cuando tuvieron balón para colocarse a un gol. Desaprovecharon la ocasión, algo que castigó en Novás.