- ¿Nota que hay más o menos lesiones dependiendo del deporte que se practique?

- Sí que varía un poco en función del deporte. El fútbol, que es lo que más trato, es lo que trae más lesiones, quizás porque tienen más contacto que en bádminton o atletismo, pero hay lesiones en todas. En el caso del baloncesto por ejemplo también entran lesiones de codos o hombros.

- Los futbolistas tienen fama de quejarse mucho, ¿qué hay de cierto?

- No, no depende de si son futbolistas, depende de las personas. A lo mejor como es un deporte que está más masificado puede que tengan más fama de llorones pero no es justificada. Yo estoy muy contenta con todos.

- Ha trabajo también en recuperaciones más largas y tras operaciones complicadas. ¿Qué es lo peor que se ha encontrado hasta ahora?

- Lo peor son los ligamentos. Con el Estradense tuve los dos cruzados, el de Carlos Chan y el de Guti. Son las dos lesiones más graves que traté y con más tiempo de recuperación. Chan fueron seis meses. Con Guti se alargó un poco más la cosa y hace poco que pudo debutar.

- Será un trabajo de otro tipo y con mucho tiempo de trato diario.

- Sí. Terminas pasando mucho tiempo con los chicos. Buscas un tratamiento más global. A veces te toca incluso hacer de psicólogo porque es mucho tiempo de tratamiento. Es muy gratificante para mí como profesional pero para ellos hay que reconocer que es muy duro.

- Hablaba del fútbol gaélico. Los Irmandinhos tienen una media de edad un poco alta, eso se notará a la hora de las lesiones.

- Sí que se les nota. Sin embargo son los que mejor se trata. La gente más mayor sabe dónde están sus límites. Suele ser gente que hizo deporte con anterioridad y se suele cuidar mucho. Con ellos sí que hace falta un trabajo de prevención para que puedan ir manteniendo la forma. Intentan alargar al máximo su vida deportiva pero lo hacen conociendo más un cuerpo que ya no aguanta tanto como antes.

- Al no ser profesionales asumirán mejor los descansos.

- Pues pasa todo lo contrario. Cuanto más profesional es el jugador, menos le cuesta asimilar que tiene que descansar. En categorías amateurs les cuesta aceptar que necesitan parar.