El técnico del Embutidos Lalinense Balonmán Lalín apuesta por ver la botella medio llena tras la épica derrota del pasado sábado frente al Cisne Balonmán en el polideportivo municipal. Budi decía ayer que "ahora hay que ver cómo está el equipo esta semana y por dónde respira" en clara alusión a la repercusión moral que supone el haber caído ante los de Edín Covelo, uno de las mejores plantillas del Grupo A. En este sentido, Budi quizá sea el que más optimista se muestra sobre la progresión de los suyos vaticinando que "poco a poco el equipo irá para arriba en el juego".

Por otra parte, lo conseguido hasta la fecha por el cuadro del Arena -décimo en la tabla con tres victorias y cuatro derrotas- es para Budi digno de reseñar porque recuerda que "otros años tener seis puntos sería la leche pero esta temporada los de arriba van a hacer que se tenga que esperar hasta el final" para conoce el desenlace del campeonato en lo que a los puestos para jugar la fase se refiere. Insistiendo en su optimismo, el entrenador del Lalinense recuerda que "hay que seguir peleando porque todavía no hay nada perdido" en la presente competición nacional. De hecho, el calendario le es ahora benigno a los rojinegros, que visitan la próxima semana la pista del Pormens Cañiza, reciben después al Ganitos Ibéricos Carballal, viajan a la pista de la SAR Plastic Omnium y cierran el año en casa midiéndose al Las Cinco Jotas Lavadores.

Los puntos perdidos ante el Cisne trastocan bastante los planes de la pareja formada por Budi y Paco Aguiar al frente del vestuario lalinista. "El partido era clave por el golpe moral que supone el ganar a uno de los de arriba y porque, además, tienes cinco partidos por delante en teoría asequibles, aunque eso ya se verá", indica el entrenador dezano. Budi no quiere que sus jugadores se relajen viendo lo que queda de aquí a final de año porque si algo está quedando claro esta temporada es que nadie ha ganado aún sólo con el escudo y la camiseta. Conocedor de la dificultad que representa hacerse con los puntos en juego, Budi también hace hincapié en los detalles que decantaron la balanza de bando pontevedrés, el sábado, en el pabellón: "No hubo suerte en determinados lances con el Cisne, como con la exclusión de Roberto Álvarez que siguió a una jugada similar con Porto que fue penalti", indica el entrenador lalinista.

Pivote

En otro orden de cosas, Budi también señala la importancia de algunas ausencias como clave para explicar lo sucedido en la última jornada. "Sin Rubén en el pivote estuvimos justos y hubo que poner a Porto porque no quedaba otra", argumenta el técnico. El hecho de que también Gustavo hubiera llegado a la cita habiendo entrenado poco hizo que el Lalinense perdiera mordiente atacante, sobre todo velocidad en las contras, durante el choque con el Cisne.

Con todo, y teniendo en cuenta la programación que le espera al Lalinense de aquí al final de 2014, en el seno del cuerpo técnico se muestran confiados en la remontada. Estar separados a estas alturas del torneo por siete puntos de los puestos que dan derecho a playoff no preocupa más que lo necesario en un Lalinense confiado en sus posibilidades. Volver a hacerse fuerte en el Arena y aprovechar los posibles tropiezos de sus rivales se antoja crucial para conseguir el objetivo de estar entre los mejores lo antes posible. Buscar el equilibrio, la excelencia en el juego y, sobre todo, la solidaridad a la hora de mostrarse como un bloque parecen ser las premisas más importantes de Budi y su staff a partir de ahora. La visita del próximo sábado a O Condado-Paradanta resulta crucial para recuperar la confianza.