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fútbol » Preferente Autonómica

El campo de los cristales rotos

El Estradense todavía no sabe qué es ganar en su nuevo estadio tres meses después de su inauguración ä Falta de adaptación, nervios e inexperiencia, las claves

Los jugadores del Estradense salen al campo en el primer partido disputado en el Estadio Municipal da Estrada. // Bernabé/Javier Lalín

El día 3 de agosto el Estradense disputó su primer partido en el Estadio Municipal da Estrada. Terminó con una derrota ante el Arousa en el que era el primer partido de pretemporada del equipo dirigido por Eduardo Muñiz "Tinto". Con este encuentro se ponía punto y final a más de un año de trabajos para ver terminado el nuevo hogar del equipo rojillo. Desde aquel día hasta hoy el Estradense disputó siete partidos en su feudo, tres amistosos y cuatro oficiales, y no logró vencer ninguno de ellos. Estos números contrastan sin embargo con los firmados por el equipo estradense lejos de su campo, con dos victorias y dos empates en el inicio de temporada.

La pretemporada terminó para el equipo dirigido por Tinto con tres partidos sin vencer en casa, ante Arosa, Ribadumia y en el triangular contra Celta B y Pontevedra. Fueron rivales de entidad que pusieron a prueba y subieron el nivel de exigencia de los rojillos. La racha sin embargo del Estradense continuó en el inicio de la campaña en Preferente, con dos derrotas y dos empates hasta el momento en el Municipal. Estos partidos estuvieron además marcados por el infortunio, como ocurrió en el empate contra el Alerta Navia encajado en los últimos minutos, con la derrota del pasado fin de semana ante el Porriño, también en el tramo final, o en el partido sin goles ante el Mondariz a pesar de gozar de numerosas ocasiones. Precisamente, el primer gol del equipo dirigido por Tinto en su nuevo hogar se hizo esperar más de dos meses. Llegó en el partido que enfrentó al Estradense con el Alerta Navia el día 5 de octubre. El responsable de ese primer tanto fue el centrocampista José Ramón. A partir de ese se marcaron tres más, aunque solo sirvieron para conseguir un punto.

La mala racha de los rojillos en su campo se explica por una falta de confianza que parece ir creciendo con el paso de los partidos al tiempo que no encuentra tope. El Estradense está mostrando ante su afición muchas de las cualidades que lo convierten en un visitante temible, pero falla a la hora de concretar todo lo hecho. Los nervios de un plantel tan joven e inexperto al tener que jugar ante cerca de 300 espectadores se dejan notar en muchas fases de los partidos, especialmente cuando se acerca el minuto 90. Así ocurrió ante Alerta Navia y Porriño, cuando se escaparon tres puntos que parecían asegurados.

Más allá de la necesidad del equipo de ganar carácter y de encontrar la tranquilidad necesaria, el Estradense también está notando la falta de aclimatación a su nuevo estadio. Por momentos los de Tinto parecen ser el equipo visitante, en un campo con una superficie y unas dimensiones a las que todavía no tienen cogido el punto. El equipo sufrió además en las primeras jornadas por culpa de la falta de riego. Este factor perjudicaba claramente al equipo que proponía jugar, al tiempo que beneficiaba al que buscaba un juego más defensivo y directo.

Pese al nerviosismo y a las ganas por conseguir su primer brindis en el Municipal, el Estradense se mantiene firme en su planificación inicial, no renunciando en ningún momento a una idea de juego combinativo que permita explotar las cualidades de sus jóvenes jugadores.

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