La goleada recibida en Portonovo ha bajado de la nube a un Club Deportivo Lalín que había encadenado una racha imparable hasta el pasado domingo. Su entrenador, Luis González Pichel, se mostraba ayer resignado tras lo sucedido en Baltar señalando que "no nos salió nada de nada y tampoco estuvimos bien ubicados" para explicar el hecho de que los rojinegros nunca tuvieran opciones de remontar en su visita al feudo del conjunto de O Salnés. Pichel también reconoció que la primera parte de los suyos fue de las peores de la temporada, aunque en la segunda mitad la imagen de los del Cortizo mejoró porque "empezamos mejor pero el calor también nos terminó pasando factura porque, en realidad, nunca estuvimos a la altura".

El entrenador lalinense también hizo autocrítica afirmando que en Portonovo "no hubo ni plan A ni plan B" en relación a la posibilidad de poder cambiar los acontecimientos desde su posición en el banquillo. Además, la amarilla que vio Imanol durante la contienda podría apartarle por acumulación de tarjetas en el próximo partido de los lalinistas este Jueves Santo. En este sentido, el técnico de los del Cortizo se lamenta de este tipo de contratiempos, que unidos a las lesiones que afectan a varios miembros del plantel, hacen difícil poder confeccionar un equipo para los próximos compromisos. "El problema es grande porque tenemos que recuperar el equipo y es una mala época", explica el entrenador de los dezanos sobre el hecho de estar en la recta final de la temporada y con mucho todavía por decidir en la competición.

El Lalín prepara ya su próximo compromiso liguero, que tendrá lugar este jueves, a partir de las 17:00 horas, en el Cortizo. Los lalinistas reciben en su feudo a un rival directo como es el filial del Pontevedra, del que le separan sólo 3 puntos en la clasificación. Los granates llegan a Lalín tras haber empatado a dos tantos en su desplazamiento al campo del Mondariz.