El Embutidos Lalinense Balonmán Lalín está donde quiere a estas altura del campeonato: quinto, a 2 puntos del tercero, y con un partido menos que el resto de sus rivales. Sin embargo, Budi no quiere echar las campanas al vuelo después de la buena imagen dejada el pasado sábado ante el Las Cinco Jotas. "Falta lo peor porque llegamos al mes complicado, aunque estamos bien físicamente y esperemos que nos respeten las lesiones", señala el técnico. En este sentido, piensa que "la fase de ascenso es un sueño que se puede conseguir pero todavía queda mucho que trabajar y sufrir" en las próximas cuatro semanas, cruciales para los intereses dezanos en el torneo estatal.

Jugar como visitantes ante Magope Seis do Nadal-Coia y Cisne Balonmano, y como locales contra el líder Mecalia Atlético Novás y Luceros serán las piedras de toque de un Lalinense que ha ido de menos a más en la competición. Budi y Paco Aguiar se congratulan, además, de poder cumplir con su plan de trabajo previsto para este tramo de la segunda vuelta para llegar en la forma posible a los enfrentamientos "con los de arriba". De todas formas, el entrenador de los del Arena también recuerda que "hay enfrentamientos directos que incluso nos podrían llegar a beneficiar" cuando posiblemente mejor le venga al Lalinense. Mientras eso sucede, los rojinegros vuelven esta semana al trabajo con la vista puesta, primero, en su difícil desplazamiento del sábado a la pista del Cisne y, también, en el viaje a tierras coruñesas de la próxima semana para jugar el encuentro aplazado con el Ártabro Novo Mesoiro.

Por otra parte, Budi tiene pensado dosificar las intervenciones de Canario tras su vuelta al equipo. "Lo del sábado fue un premio porque hay que tener en cuenta que fue su primer partido oficial después de un año muy complicado para él". El entrenador explica que "ojalá Canario estuviera para 60 minutos, sobre todo, por lo que nos puede aportar en defensa" pero no quiere precipitar su regreso a las pistas y respetar de esa forma el inevitable proceso de adaptación.