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Jorge Otero: "Hay que ir con la cabeza alta"

El técnico apunta que "nos faltó la matrícula de honor en una temporada sobresaliente"

Jorge Otero, en un lance del partido jugado ayer en A Lomba. // Noé Parga

El disgusto de la no consecución de la ansiada cuarta plaza hizo mella en el ánimo del Arosa. Las lágrimas de jugadores como Sidibé al término del encuentro reflejaban el sentir de un vestuario que confirmó Jorge Otero en sus declaraciones.

"El vestuario está muy tocado, pero esto forma parte de este deporte. Lo tuvimos muy cerca, no fuimos capaces y en el último partido ya no dependíamos de nosotros. Hay que tomarlo como viene, pero desde luego que estoy muy orgulloso por el esfuerzo y el trabajo del equipo. Veníamos remando desde muy atrás con una diferencia de puntos muy grande y el equipo llegó hasta la penúltima jornada dependiendo de si mismo. El partido de Cangas hizo variar las tornas y no se dieron los resultados. Estamos tocados, pero hay que seguir y esto en el fútbol pasa y ya le dije a los jugadores que si esto pasa muchas veces es porque van a llegar a jugar por cosas muy importantes", apuntó el técnico.

Otra cuestión que tiene muy clara el técnico es que el equipo tiene que estar orgulloso de todo lo realizado esta temporada, "hay que ir con la cabeza bien alta porque cuando lo das todo en los entrenamientos y en el partido poco se puede reprochar. Hemos fallado en el partido más importante y hoy tenía que darse una carambola que no se dio, pero independientemente de eso para mí ha sido una gran temporada. Podría haber sido de matrícula de honor, pero se quedó en sobresaliente".

A medida que transcurría el encuentro la bajada de tensión de los jugadores vilagarcianos fue una evidencia. Otero no oculta que los futbolistas tenían constancia sobre el terreno de juego de todo lo que estaba sucediendo en Carballo, "los jugadores tenían noticias de Carballo. Era muy difícil evitar eso. Por momentos el equipo bajó los brazos y es lógico. Nos partimos mucho y concedimos muchas ocasiones al Noia. Teníamos muchas pérdidas y eso hacía que ellos dejaran descolgada a mucha gente y nos creaban problemas. Los últimos veinte minutos de partido fueron un sin sentido y no sirvieron prácticamente para nada".

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