El Amanecer ya es equipo de Preferente. Los de Ricardo Dios han logrado el éxito más importante de la historia del club de San Vicente con un ascenso que les sitúa la próxima temporada a la altura de sus vecinos del Unión Grove.

A falta de una jornada lograron los grovenses el éxito buscado. Fue una jornada de lo más largo que comenzó con el partido matinal en Vilaxoán ante el San Martín y en el que llegó la victoria de los visitantes por 0-2 merced a los tantos conseguidos por Iñaki Baúlde en el minuto 17, y por Augusto en el minuto 72.

Ya solo tocaba esperar a los resultados de los partidos de la tarde para confirmar el ascenso de categoría y estos se produjeron en forma de empate del Portonovo en el campo del Mos (3-3) y la derrota inesperada del Juventud de Cambados ante el Umia (1-2) en Burgáns.

Sorpresa en Burgáns donde el Cambados cayó ante un motivado Umia, desperdiciando así su primer "match ball". Del mal, el menos por cuanto, pese a la derrota, los de Edu Charlín tienen aún el ascenso en su mano si logran puntuar en la última jornada en Baltar. Y es que el Portonovo tiró por la borda una ventaja de tres goles en Mos para acabar cediendo un empate en 90 (3-3).

En un Burgáns casi repleto, engalanado con un ambiente festivo ante un la posibilidad del ascenso, todo se le torció a los locales en el minuto 6, cuando un disparo raso desde fuera del área de Xabier se coló esquinado en la portería de Adrián. Ello aceleró la ansiedad de los amarillos que no acertaron a cogerle la manija al juego hasta el último cuarto de hora. Ahí llegaron con claridad y perdonaron lo indecible hasta en cuatro ocasiones claras, tres de ellas de un Nieto que no acertó con la red de Eloy. Mientras tanto el Umia, amparado con un 4-4-2, con Unai tirado al centro del campo, se entregaba a su labor de parar al juego, lo que exacerbó a la grada y al banco local, reprochaban a los rojillos las continuas pérdidas del tiempo.

Volvió enchufado el Cambados tras el descanso cargando al Umia con tres tarjetas en tan sólo tres minutos, pero su empuje inicial se fue diluyendo, a la par que los técnicos movían sus bancos y las continuas interrupciones impedían darle continuidad del juego. Apostó Edu Charlín por dar entrada a Gregor, a costa de un Machu que se retiró decepcionado al banco. El extremo cambadés fue un revulsivo por la derecha, y en el 70 un centro de Pénjamo desde la izquierda lo cabeceaba el propio Gregor a la red haciendo el empate (1-1).

Parecía que el Cambados había hecho lo más complicado. Pero el Umia siguió entregado a romper el ritmo de los locales parando el juego cuanto podía, y buscando pescar en una contra conforme el Cambados se desguarnecía en unos diez últimos minutos de un partido roto. Y fue en el 90, cuando en una acción aislada y sin aparente peligro, el balón tocó la mano de un defensor cambadés en el área, acción que venía precedida de un fuera de juego de Buba que protestaba el banco local. La pena máxima la transformó Canosa subiendo el 1-2.

La vehemente celebración del banco umiense no hizo sino incrementar la tensión en campo, bancos y grada, lo que se palpó en cada acción de los cinco minutos de prolongación. El pitido final no disipó los nervios que aún tardaron varios minutos en apaciguarse.