El Bergantiños impuso a su paso por A Illa su pegada. Ese fue el factor diferencial de un encuentro en el que futbolísticamente las cosas estuvieron mucho más equilibradas que en lo goleador.

La llegada del sol primaveral al Salvador Otero no varió la suerte del Céltiga en lo que a sus problemas ofensivos se refiere. La ausencia de Rubén Márquez por sanción no hizo más que hurgar en una herida llamada falta de gol que se volvió a repetir en los primeros 45 minutos ante el segundo clasificado de la Tercera División.

Con un 4-4-2 de manual, el Bergantiños tenía muy claro dónde establecer su zona de presión para incomodar a los de A Illa. Precisamente en una salida de balón, una pérdida hizo que Baleato le sirviese al espacio a Rubén Rivera quien dispara flojo a las manos de Manu Táboas.

Con un césped demasiado seco, el balón no corría y favorecía las disputas. Esa fue la acción más repetida antes de que se inaugurase el marcador a balón parado, como no podía ser de otra manera ante la falta de fluidez. El primer córner para el Bergantiños fue botado por Antas al segundo palo donde Rubén Rivera se anticipó a su marca para rematar de cabeza. El balón repelido por una buena mano de Táboas quedó suelto a pies de Rodri Alonso quien lo mandó a la escuadra desde la frontal del área pequeña.

Con el marcador ya en contra, los locales tuvieron más tiempo la pelota en sus pies. Incluso fueron capaces de aproximarse en alguna acción por banda, pero todo se quedó en eso, acercamientos en los que Cristopher no necesitaba ni llegar a intervenir. Tampoco el Bergantiños expuso demasiado a partir del 1-0. Apostó más por un buen posicionamiento táctico que por buscar la sentencia al partido. Con todo ello, fue capaz de asustar la portería local en alguna acción a balón parado con remates de Baleato y Iago López.

El paso por vestuarios no hizo variar para nada el escenario. El Céltiga hacía gala de perseverancia, pero la falta de una referencia ofensiva hacía que todas sus intentonas se quedaran en agua de borrajas. Y enfrente un Bergantiños que no necesitaba prácticamente nada para crear peligro con Rubén Rivera como amenaza constante.

Aún se pondrían las cosas más difíciles para los de A Illa cuando Paco cometió el error de autoexpulsarse. Primero vio la amarilla por una fuerte entrada a Antas y el pique entre ambos dio lugar a una simulación del lateral local que el árbitro sancionó con la segunda amarilla y consiguiente expulsión.

Manolo Núñez, con la entrada de Phillip y Jacobo Tato, echó el resto para tratar de pelear al menos por un punto, pero cuando aún no habían hecho efecto los cambios, el Bergantiños hilvanó una acción por banda izquierda entre Jorge Sáez, Aarón y Rubén Rivera que terminó con el delantero marcando a placer tras un pase atrás de su compañero desde la línea de fondo. Poco antes Manu Silva en un doble remate se apuntó los dos únicos disparos a portería de su equipo en todo el partido.

El 0-2 convirtió el partido prácticamente en un pacto de no agresión. Los de A Illa resignados a su suerte y los del Bergantiños sin ánimo de derrochar mucha más energía que la necesaria.