El Xuven demostró en Plasencia que merece seguir un año más en LEB Plata. En un partido decisivo para ello volvió a ganar a domicilio en la que ha sido su cuarta victoria lejos de O Pombal en la segunda mitad de liga. ¿Y cómo lo consiguió? pues a base de un buen plan de partido y una magnífica ejecución de sus jugadores manejando el ritmo del encuentro en todo momento.

El 0-12 con el que arrancó el choque fue un claro exponente de la dureza mental con la que habían saltado a la cancha los de Chiqui Barros. Plasencia había preparado una caldera ambiental con una importante presencia de aficionados en las gradas, pero la temperatura de la misma se redujo a base del buen hacer de los visitantes.

Como no podía ser menos, llegó el momento en el que los extremeños empezaron a destapar el aro. Además, a ello unieron un enorme control del rebote en el aro cambadés lo que les otorgó demassiadas segundas oportunidades para poder ir reduciendo diferencias.

Yago Estévez se estaba convirtiendo en el líder ofensivo del Xuven, pero todo ello con el permiso de un Juanchi Orellano que era el encargado de generar las primeras ventajas en ataque.

Con un juego más deslabazado, pero que castigaba cualquier despiste, el Plasencia fue incluso capaz de ponerse por delante en el marcador a poco de iniciarse el segundo cuarto (24-22). Fue una fase de partido en la que Adrián Fuentes y Miguel Martínez fueron capaces de ver el aro muy grande desde más atrás de la línea de 6,75 metros.

Reaccionaron bien los cambadeses con un parcial de 0-8, pero el Plasencia seguía viviendo a base de mucho rebote ofensivo y acierto en momentos muy puntuales, además de una defensa de más contacto en posiciones cercanas al aro.

Pese al 38-37 con el que se llegó al ecuador, las sensaciones estaban siendo positivas para el Xuven. La buena salida se repitió tras el descanso. Un triple de Samu Barros y un 2+1 de Yago Estévez le devolvieron la iniciativa. El tempo pasó a ser el marcado por la batuta de Orellano y el dominio del rebote también cambió de bando. Todo ello se reflejó en una ventaja de 12 puntos (47-59) para llegar al término de un gran tercer cuarto por parte amarilla con un 51-59.

Todavía quedaba por delante mucho baloncesto que manejar. Los placentinos se acercaron peligrosamente en la fase de mayor espesura ofensiva de los de Chiqui Barros. Con Coby eliminado y más de cinco minutos por jugarse, el marcador era de 60-63. Ese fue el momento de la irrupción en el partido de Pablo Villarejo. Dos extraordinarios triples suyos permitieron volver a abrir brecha (63-71).

Tocaba entonces volver a manejar las posesiones. Poyatos, Samu Barros y Orellano resolvieron todas sus acciones de manera brillante en ese desenlace y los últimos compases parecieron el de un equipo maduro jugando con la ansiedad de un Plasencia al que se le iba escapando la categoría. Todo lo contrario que a un Xuven al que ya le falta casi nada para conseguir la permanencia, pero aún falta ganar un partido o esperar a que Plasencia o Agustinos no ganen los dos.