La cuenta atrás ha comenzado en la Tercera División. Ya solo restan diez jornadas para resolver todas las incógnitas respecto a los dos polos opuestos de la clasificación. Treinta puntos en juego para traducir méritos y merecimientos en la consecución de objetivos. En esas está un Arosa que puso fin a su racha de trece jornadas seguidas sin perder en Vilalba, resultado que le ha apeado de la cuarta posición que trataron de defender sin éxito en A Magdalena.

Con 48 puntos en su haber y a tres de distancia de la zona de play-off, los vilagarcianos ya no quieren mirar atrás. Saben que lo que resta es una liga nueva en la que siguen dependiendo de sí mismos, más aún cuando lo que le queda por disputar es, en su mayoría, duelos ante rivales directos. Tanto es así que, sin ir más lejos, los de Jorge Otero todavía tienen que jugar contra todos y cada uno de los cuatro equipos que a día de hoy ocupan posiciones de play-off.

Entre las cuestiones positivas que presenta el calendario, que también alguna hay, destaca el hecho que los arlequinados todavía tienen que disputar seis de esas diez finales en A Lomba, plaza todavía irreductible para cualquier visitante en lo que va de temporada. Un privilegio en forma de mayoría de encuentros como local que solo comparte el Barco de entre los cinco equipos que le preceden en la clasificación.

La sucesión de partidos como local empieza para el Arosa el próximo domingo contra el imprevisible Boiro. Un equipo conformado a golpe de talonario, pero que está lejos de las expectativas que generó a principio de temporada. Sin embargo, saben que por A Lomba pasa su último tren para engancharse a la zona alta, cuestión de la que también son conscientes en Vilagarcía.

La visita a un Barbadás muy necesitado sería la siguiente batalla para el Arosa. Todo ello antes de recibir dentro de quince días al Compostela, actual líder y contra el que cerrará un exigente marzo y disponer luego de unos días de descanso dado que en Semana Santa no habrá competición.

Si complicado será marzo, terminar abril con opciones reales de conseguir plaza de play-off pasará por mostrar una fortaleza indubitable. La relación de rivales es como para no regalar absolutamente nada. La visita a un Areas muy necesitado, y que ganó en su último partido como local al Bergantiños que llegaba como líder, será la primera piedra de toque del mes de abril.

A continuación serán los duelos directos ante Somozas en A Lomba y la visita al Barco, los que ocuparán la atención de los jugadores vilagarcianos. El derbi ante el Céltiga abrirá el miniciclo de dos partidos consecutivos como local que se culminará en jornada entre semana el 1 de mayo con la visita del Bergantiños. Sin tiempo para demasiada recuperación tocará jugar el 6 de abril en O Morrazo ante un Alondras que actualmente es cuarto para terminar la liga en Vilagarcía ante el Noia.

Aunque nadie en el seno del Arosa quiera pensar más allá del partido del domingo ante el Boiro, lo cierto es que resulta difícil resistirse a las cábalas a tenor de la tremenda igualdad en la zona alta. Lo que queda claro es que los partidos de siete puntos ante rivales directos serán determinantes para las posibilidades de los vilagarcianos. Un equipo que sigue siendo el que menos veces ha perdido en lo que va de temporada, inercia que invita al optimismo.