Se jugaba la prolongación cuando en un balón aéreo en el lateral del medio campo del Zacande el central meisino Benito Fernández disputaba un esférico, y en una acción fortuita el brazo de Buba impactó con la cara del meisino entre el pómulo y maxilar derecho, cayendo el jugador fulminado al suelo. Tardaron unos segundos en percatarse todos de la gravedad, y con la entrada del masajista colocaron al jugador en posición de seguridad. Acababa el partido instantes después con el triunfo del Umia (3-2), y aún el jugador recorría la banda apoyado en el masajista, pero dando muestras evidentes de desorientación. Acto seguido lo tumbaron en césped volviéndolo a la posición de seguridad mientras lo arroparon con mantas y se cursaba aviso a los servicios de emergencias. El jugador, aunque desorientado y sin recordar nada cuando se le preguntaba, no perdió la consciencia. Una ambulancia de 061 llegaba a las 14.05, apenas un cuarto de hora después de finalizado el choque. Los técnicos sanitarios lo inmovilizaron, le colocaron un collarín y lo trasladaron al Hospital de o Salnés. Allí, tras practicársele un tac y pruebas radiográficas, el jugador, ya orientado, recibió el alta sobre las 18.00 horas, con la obligación de guardar reposo varios días, tal y como reconoció el presidente del club, José Antonio Fariña.

Antes en un partido de alternativas Chu enfrió en el 21 la buena salida de Zacande (1-0), si bien los meisinos se resarcieron dos minutos después con un remate de Carlos tras rechace de Eloy (1-1). Mala segunda parte en un partido sin intensidad y hasta complaciente por parte de ambos. La entrada de Buba revolucionó el choque al rematar el jugador, nada más salir, dos balones al palo en la misma acción. Pero fue el Zacande quien, cuando lo tenía más lejos, se encontró con un golpe de fortuna: fue en el 69, con un disparo escorado de Vilela que introdujeron en la red dos defensores rojillos cuando pretendían el despeje.

A partir de ahí despertó el Umia confiando el ataque a la acumulación de hombres ante un Zacande que se dispuso demasiado pronto atrás. Los rojillos se encomendaron entonces al balón parado y a la cabeza de Chu, antes que a la creación en un el día aciago. Y fue así que una prolongación de cabeza de su delantero centro la aprovechó Buba en el 80 para enviar a la red (2-1). Y en 89 un saque de falta lejano lo remató de cabeza Unai inconmensurable a la red dando un triunfo in extremis al Umia.