El Arosa está desatado. Hacía muchas temporadas que el equipo arlequinado no gozaba de una racha tan prolongada sin conocer la derrota. Concretamente son doce ya las jornadas que han transcurrido desde el último tropiezo del equipo vilagarciano.

Fue el ya lejano 5 de noviembre cuando se produjo aquel tropiezo en el campo del Somozas (3-2). Por si fuera poco, ese fue la única derrota que han contabilizado los de Jorge Otero desde el ya lejanísimo 24 de septiembre. La cuenta es sencilla y revela que el Arosa solo ha perdido un partido en los cinco últimos meses de competición. Desde entonces han transcurrido la friolera de 20 partidos y la fortaleza mostrada por los vilagarcianos está fuera de toda duda.

Situando el análisis en el último mes de competición, el conjunto arlequinado ha sido capaz de cambiar la tendencia al empate por una inclinación más acusada hacia las victorias. Desde el 21 de enero hasta el día de hoy, los arlequinados han logrado 13 puntos de los últimos 15 en disputa. Victorias sobre Villalonga (1-2), Arenteiro (4-0), Silva (2-1) y Ribadumia (0-1), aderezadas con una igualada intermedia en la visita al Choco (1-1).

El resultado de todo ello es el haber vuelto a tomar contacto con la zona más deseada de la clasificación. A solo dos puntos de la cuarta posición, al Arosa se le ha abierto un nuevo panorama de optimismo para encarar los tres meses más decisivos en los últimos 25 años de la historia del club.

Por su parte, el Ribadumia, aun pese a la derrota ante el Arosa, mantienen una buena estabilidad clasificatoria. Duodécimo con 31 puntos, y con 10 de renta sobre la zona de descenso, los aurinegros tienen bien encarrilado el objetivo de la permanencia, si bien no quita que estén atravesando por una fase complicada en su rendimiento.

Los de Luis Carro solo han podido ganar uno de los seis últimos encuentros, precisamente en el derbi ante el Céltiga de hace poco más de una semana. A ese triunfo solo han podido añadir un empate para un total de cuatro puntos de los últimos 24 disputados. Tres derrotas consecutivas en A Senra les han frenado clasificatoriamente a la espera de iniciar en breve una larga ronda de duelos directos ante equipos que luchan por huir de la quema.

Por otra parte, el Céltiga mantiene su racha de seis puntos sobre la zona de descenso. El empate en Laracha ha supuesto cortar de raíz una racha de dos derrotas consecutivas con la buena noticia añadida de dejar la portería a cero.

En el seno del Villalonga la sensación reinante es la de haber dejado escapar una buena oportunidad al no pasar del empate ante el Negreira. De momento, el conjunto de Luis Oliveira no ha podido abandonar la última posición pese al punto obtenido.

El no ganar ha supuesto además el completar una vuelta entera sin ganar ni un solo encuentro. Diecinueve partidos en el que el balance positivo se reduce a solo cinco empates. Con todo ello, el conjunto de San Pedro tiene también la visión optimista de la situación, puesto que la zona de salvación continúa a cinco puntos a falta de doce jornadas y con muchos enfrentamientos directos todavía por resolverse.