El buen partido realizado por el Xuven se quedó incompleto. La buena obra de los de Chiqui Barros se topó de bruces con un juego interior del Ávila que terminó siendo determinante, especialmente el juego desde un Sidao De Santana dominante en el momento de la verdad.

Como suele ser habitual esta temporada, el Xuven completó una muy buena primera parte. Con acciones rápidas y efectivas, los locales tomaron la iniciativa en el juego. Mientras, su rival ya empezaba a dejar claro que su plan de partido pasaba por abastecer de balones a sus pívots.

Las alternativas estaban siendo constantes, pero fue el equipo amarillo el que dio primero en el inicio del segundo cuarto (23-14). Fue entonces cuando los visitantes encontraron en un entonado Kyle Hittle la respuesta desde más allá de la línea de tres puntos. Recompuestas las ideas tras tiempo muerto, el marcador volvió a inclinarse del lado local. La defensa en zona fue perfectamente leída con Will Saunders luciendo muñeca tras buenas circulaciones de balón. El resultado fueron seis triples de siete intentos en ese segundo periodo de todo el colectivo amarillo. Ese acierto impidió que la irrupción en el partido del eléctrico base Harold Cazorla tuviese mayores consecuencias y, al descanso, eran los cambadeses los que mandaban por 45-39.

La mala suerte volvió a cebarse en forma de lesiones. En este caso con un esguince de un entonado Martín Bello nada más iniciarse la segunda parte que le dejó fuera del partido con un 48-41. Fue entonces cuando los 215 centímetros de la torre brasileña comenzaron a imponer su ley. El desgaste al que sometía al Xuven en los dos aros empezó a hacerse notar, al igual que el excelente trabajo de un Jon Aramburu.

La igualdad en el marcador se mantuvo, pero las vueltas del banquillo de Santana siempre coincidían con estirones de los suyos ante un Xuven que peleó con todas sus fuerzas por agarrarse al partido, pero que terminó cediendo ante un rival con más recursos.