El Villalonga ha depositado en Luis Oliveira buena parte de sus esperanzas de enderezar el rumbo en las catorce jornadas que restan para el térmimo de la temporada en Tercera División. El técnico vigués, que ya dirigió la sesión de entrenamiento del pasado lunes, todavía no ha podido firmar su licencia a la espera que César Sánchez firme su desvinculación, un trámite que se resolverá en escasas horas.

Las sensaciones que se llevó el nuevo inquilino del banquillo celeste en su primer contacto con el grupo le invitan a un moderado optimismo, "vi al equipo con muchas ganas de revertir la situación. No me he encontrado un vestuario reprimido, sino un grupo afectado por la trayectoria, pero convencido de que aún hay una solución posible".

Debutante en un banquillo de Tercera División, a Luis Oliveira le avalan los 23 años de experiencia en diferentes banquillos de todas las categorías autonómicas. Su último equipo fue el Marcón la pasada campaña en Primera Autonómica, "tuve un par de ofertas en verano, pero me había planteado un descanso".

A cinco puntos de distancia de la superficie clasificatoria, Oliveira sostiene que "quedan 42 puntos por disputarse, tenemos opciones, pero está claro que es difícil. Afortunadamente no he vivido ningún descenso y espero seguir la racha en el Villalonga".

Con un plantel de 19 jugadores, Oliveira ya tiene referencias de los recursos con los que podrá trabajar, "creo que hay plantilla para salir para arriba. He visto al equipo contra el Alondras y el Noia y fueron superiores en muchos ratos. El equipo compite bien, pero no vamos a ver más allá del siguiente partido porque nos puede entrar vértigo. Hay que salir de los puestos de descenso directo cuanto antes y ganar en confianza. Hay un buen trabajo de base sobre el que construir. César hizo un buen trabajo, pero es evidente que los resultados no le acompañaron".

Es precisamente la fortaleza mental una cuestión en la que incidirá Oliveira, "cuando estás en una mala dinámica cualquier cosa negativa te afecta muchísimo más porque no estás con la seguridad que te dan los buenos resultados. Cuesta levantarse a las adversidades que van sucediendo en los partidos y por ahí tenemos que empezar a ser más contundentes".

Con Miguel Cores como ayudante, el nuevo técnico celeste ya piensa en la visita del domingo al Ourense. "Tenemos las bajas seguras de Guillermo, Hugo y Javichu y con Aarón Paredes recuperándose. Nos quedamos con quince jugadores. Habrá que ver qué juveniles están en disposición de ayudarnos, sobre todo en el día a día. No hay posibilidad de reforzarnos y con lo que tenemos vamos a pelear".