Iago Beceiro llegó a ser una de las grandes esperanzas de la cantera del Deportivo de A Coruña. Su talento hacía presagiar que llegaría muy lejos y le llevó a debutar con el primer equipo herculino en un partido de Copa del Rey ante el Almería con tan solo 17 años. Sin embargo, desde aquel momento en que alcanzó la cúspide, no ha parado de caer.

Tras rescindir con el Deportivo, se fue a Ucrania, de donde regresó para asentarse en Verín donde llegó a vivir en la casa de su presidente para evitar que cayese en los excesos que le llevaron a perder la oportunidad de llegar a la Primera División. Esa estancia en Verín le permitió centrarse y regresar al Dépor B o militar en equipos como el Caudal o el Somozas. Su calidad llamó la atención de la Ponferradina, pero no llegó a cuajar, ya que nunca vistió su camiseta en un partido oficial, siendo cedido a equipos como Atlético Astorga, Navalcarnero o Barco. Precisamente, este último se adelantó al Arosa hace un año, cuando los arlequinados trataban de traerle a Vilagarcía. Ese objetivo se cumplió en verano, cuando se le presentó como una de las grandes apuestas de esta campaña para intentar el asalto al play off de ascenso. Sin embargo, su temporada estaba siendo más que discreta, alternando la titularidad con el banquillo.