Harriet Bende, la pívot belga del Añares Rioja, cercenó ayer las posibilidades de victoria del kemegal Cortegada en el último segundo de la prórroga. Una canasta suya acabó decidiendo un encuentro en el que las vilagarcianas mostraron su mejor cara, pero también la peor. De hecho, el inicio del encuentro fue pésimo para las vilagarcianas, que no se sentían nada cómodas sobre la cancha y sufrieron las arremetidas de un Añares Rioja que estuvo cerca de romper el encuentro prácticamente desde el inicio.

Sin embargo, las de Rubén Domínguez supieron rehacerse de ese inicio para ponerse el mono de trabajo en defensa, en especial Antía Varela, que consiguió secar a Livermore, mientras en ataque se mejoró en las decisiones, lo que permitió superar a un rival desconcertado en el segundo y tercer cuarto.

Sin embargo, cuando todo apuntaba a un desenlace cómodo para las locales, en los últimos cinco minutos de encuentro regresaron las imprecisiones y los errores, lo que permitió a las visitantes ponerse por delante en el marcador con un parcial de 0-12, que salvó Sara Gómez con un tiro libre que forzaba la prórroga. El anexo pudo caer de cualquier lado, con muchos errores por ambas partes, pero en el último segundo, el Cortegada se llevó el mazazo.