No pudo el Xuven lograr en Morón su séptima victoria del curso. Enfrente hubo un rival que se mostró más sólido y más consistente en el largo combate de ritmo alto que le plantearon los de Chiqui Barros durante los cuarenta minutos. La superioridad mostrada por los sevillanos en el tercer cuarto resultó determinante en el resultado final.

Desde el principio el desarrollo del juego estaba marcado por las acciones de uno contra uno. Fue un intercambio de golpes continuo en ambas zonas con dos equipos sin temor al error. En esa dinámica Will Saunders se encuentra realmenta a gusto y el inglés fue el que se encargó de llevar las riendas de su equipo en el inicio. Pronto se sumaron al reparto anotador Jawara y Juanchi Orellano, pero el problema estaba siendo que el Aceitunas Fragata también estaba viendo el aro como una piscina.

El juego agresivo de la línea de perímetro local estaba facilitándole buenos lanzamientos, destacando incluso en esta materia el exobradoirista Jesús Chagoyen con dos aciertos desde la línea de tres puntos para mantener a su equipo por delante al término de los primeros diez minutos (25-22).

La inercia se mantuvo con el inconveniente para el Xuven de que los de Rafa Rufián seguían sumando jugadores a la causa. José Antonio Marco empezó a descoser la defensa amarilla a base de canastas y asistencias de todo tipo. Chiqui Barros tuvo que llamar a su equipo a capítulo con un peligroso 38-31 que se recondujo a un 38-34 que cambió la preocupación de banquillo. Sin embargo el Aceitunas Fragata se recuperó también con la aportación especialmente de su perímetro en ataque y de sus pívots en defensa cerrando muchos caminos hacia su canasta. Ello ayudó a que se repitiese la máxima ventaja local de siete puntos coincidiendo con la llegada del descanso (48-41).

Juanchi Orellano, con siete puntos consecutivos, tiraba del carro para mantener a los suyos cerca en el luminoso hasta que se desató la tormenta Cameron. El alero norteamericano se convirtió en toda una pesadilla para los cambadeses anotando 17 de los 29 puntos sumados por su equipo en el tercer cuarto. Hasta cinco triples realizó el Morón desde la larga distancia en ese periodo mientras el Xuven no podía dar respuesta a tanto alarde de acierto pese a mantener igualmente un alto número de posesiones. El mayor control de la defensa local sobre Jawara y Saunders también tuvo mucho que ver en que la ventaja se fuera hasta los 20 puntos (77-57).

Con la victoria a expensas únicamente de una proeza inimaginable, el Xuven siguió jugando un partido valiente lo que le llevó a ganar el parcial del último cuarto aunque sin trascendencia alguna.