Julio Rey se convirtió en el factor desequilibrante del derbi entre el Céltiga y el Arosa. De sus botas nacieron dos goles, el primero de ellos una obra de arte, y una asistencia. Todo después de noventa minutos de muchas más equilibrio de fuerzas que el que pueda parecer por el resultado final.

La movilidad y el juego de pases se convirtió pronto en la primera manifestación del juego visitante. Con paciencia en la circulación y en las apariciones a los espacios se fue tejiendo una sucesión de pases que pronto dio su fruto. Solo habían pasado seis minutos cuando Julio Rey recogió un pase de Sergio Santos en torno a la media luna para girarse y conectar un zurdazo antológico que se coló por toda la escuadra tras pegar primero en el larguero y rebotar contra el suelo. Imparable a todas luces para Manu Táboas.

El gol pareció despertar a los locales. A base de una mayor presión al balón, comenzaron a tener más situaciones de posesión en las cercanías del área de Roberto Pazos. El dominio comenzó a tomar cariz isleño. Jacobo Tato avisó primero con un disparo lejano y poco después Eloy no conectó un cabezazo limpio libre de marca tras un certero servicio de Paco.

El partido entró entonces en una fase de mayor dureza, incluso con riesgo físico. Tal fue así que Anxo tuvo que ser sustituido por una mala caída que le afectó a la clavícula que, a la espera de pruebas, podría estar fisurada. En esos momentos de locura, el Arosa pudo hacer el 0-2. Primera en un doble remate tras un saque de esquina que terminó repeliendo en una maraña de piernas defensivas, y segundo en una contra que Iago Beceiro no supo solucionar. La mejor oportunidad para los de Manolo Núñez llegó a saque de esquina con un remate franco de Capi que mandó fuera por muy poco, justo antes del obligado paso por vestuarios.

En toda la segunda el balón apenas se introdujo en el área defendida por Roberto Pazos. También es cierto que el Arosa fue capaz de ir metiendo cada vez más atrás a su rival, aunque sin crear tampoco excesivas situaciones para hacer gol. El partido seguía avanzando y quedaba la sensación que todo quedaría para los últimos minutos.

El Arosa avisó con un disparo le Javi Pazos que obligó a Táboas a lucirse y el único acercamiento del Céltiga ofensivamente fue un disparo de Manu desde fuera del áreas que obligó a Pazos a desviar a córner la situación.

Cuando ya se había cumplido el minuto 90, el partido dio un giro radical. El acierto buscado por los de Jorge Otero apareció en el momento que menos se esperaba. Una incursión de Javi Pazos por banda derecha se convirtió en un centro al corazón de área pequeña. Beceiro controló en el punto de penalti para ceder de tacón una excelente asistencia a Julio para un 0-2 prácticamente a bocajarro.

Con la moral por los suelos, el Céltiga todavía sufriría más castigo cuando solo un par de acciones después, Marcos robó un balón en la medular para habilitar a Julio Rey quien cede generosamente a la llegada por el segundo palo de Javi Pazos para que mandase el balón a la red. Tres puntos que mantienen vivo al Arosa y dejan al Céltiga en periodo de reflexión.