Cayó el Rasoeiro en su estreno liguero ante el Bueu en el Nuevo Monte da Vila en un partido igualado, con errores y desajustes propios del inicio de temporada por parte de ambos en un choque que bien pudo haber caído de parte de cualquiera. Pese a las bajas de Moto, Aarón y Mouco, los grovenses mantuvieron el tipo. Ni se arrugaron cuando en el arranque el Bueu abrió una primera brecha de 3 (3-6), y se rehicieron para pasar a comandar el electrónico en el con un 11-9 (min. 23). Pero esa renta se esfumó en un abrir y cerrar de ojos para acabar yéndose al descanso uno abajo (13-14) y, lo peor, con la lesión de Iago en los últimos segundos.
En la segunda parte las dos defensas cambiaron su 6-0 defensivo por un 5-1, tratando los grovenses de obstaculizar la buena dirección que estaba ejerciendo Antón Rey en los visitantes. De hecho las asistencias de éste a Chema en el pivote junto con las rápidas transiciones fue lo que más penalizó a los azulones. Sin embargo, el cambio a defensa 5-1 por el que también optaron los visitantes fue leído con paciencia el Rasu para, aún abajo, mantenerse a tiro durante toda la segunda parte.
El partido entró en el 55 con el Rasoeiro dos abajo (22-24), y ahí fallaron lo indecible, con lanzamientos en varias de situaciones francas, pese a lo cual merced a un lanzamiento de Quito el Rasu empató a falta de 30 segundos. El técnico visitante ordenó un tiempo muerto para preparar jugada y, con 25 segundos la acción cristalizó con un lanzamiento, de nuevo de un omnipresente Antón Rey que subía el 26-26. Con apenas 5 segundos el Rasu hilvanó una acción a la desesperada con un Borja que sirvió a Bruno pero su apurado lanzamiento no encontró la red rival.
Quito Parada lamentaba la derrota pero sacaba valoraciones positivas: "fue una pena no haber puntuado, porque lo tuvimos al alcance, y creo que hasta lo merecimos durante todo el partido". "El equipo -añade- se sobrepuso a las bajas sensibles que teníamos y completó un excelente partido en defensa, y sólo nos faltó esa pizca de fortuna en el tramo decisivo, fue una verdadera lástima".