Al frente del banco continuará el grovense Víctor Garrido. "El reto es enorme -asegura el técnico- pero ilusionante para todos. Cuando surgió esta posibilidad lo primero fue hablar con las jugadoras porque el sacrificio va a ser grande: viajes de cuatro o cinco horas en autobús todos los fines de semana, dos más en avión a Lanzarote? Ellas se mostraron entusiasmadas, comprometidas, y ahí estamos". "Por mi parte -agrega-, es un reto dirigir en una categoría así, pero me siento satisfecho al ver que el club sigue dado pasos y creciendo en el balonmano femenino".