El Arosa ya no depende de sí mismo para obtener una de las cuatro primeras plazas que dan derecho a disputar el play-off. Esta cuestión no es nueva, pero lo cierto es que la dificultad ha ido en aumento tras el empate en Vilalba, resultado que ha permitido al Bergantiños distanciarse en tres puntos más el gol average de los vilagarcianos.

El equipo de Jorge Otero mantiene la bandera del optimismo. Una visión del futuro a corto plazo que pasa ineludiblemente por ganar los tres partidos que le restan. El primero de ellos será en Vista Alegre el domingo ante un Órdenes que el pasado domingo cosechó su decimonovena derrota consecutiva. Un hecho que da cuenta de su dudosa competitividad. A continuación recibirán en A Lomba a un Villalonga con los deberes hechos para cerrar la liga regular en el campo de un Rápido de Bouzas, segundo clasificado y del que ahora le separan siete puntos.

Una de las cuestiones que también es igualmente necesaria, pleno de victorias arlequinadas al margen, es que el Bergantiños se deje en la estacada casi el 50% de los puntos que le restan por disputar. En ese sentido, es donde la trayectoria que están siguiendo los de Carballo deja poco lugar al optimismo. Tanto es así que su última derrota data del mes de diciembre. Desde entonces ya van diecisiete jornadas sin perder.

Por si fuera poco, la sensación de fortaleza del Bergantiños, lejos de reducirse, ha ido en aumento con el paso de los partidos. Sin ir más lejos ahora atraviesa por una racha de cuatro victorias consecutivas, partidos en los que además ha sido capaz de dejar su portería a cero.

Los tres encuentros que le restan por disputar a los carballeses son la visita al Choco el domingo para luego recibir al Cerceda, tercer clasificado, y terminar la liga regular visitando a un Negreira que navega en tierra de nadie.