El Arosa acudía a Vilalba con la sana intención de acercarse un poco más a las cuatro primeras plazas a costa de un rival directo como el Rácing Vilalbés, pero la conclusión fue que la situación se ha puesto un poco más cuesta arriba debido a un empate que no contenta ni a lucenses ni a vilagarcianos. Ahora ambos ven al Bergantiños a tres puntos de distancia con solo tres jornadas por disputarse.

Poco expuso ofensivamente el equipo de Jorge Otero en el arranque de partido. El Arosa trató de ganar en confianza a través del orden táctico, pero las imprecisiones a la hora de dar continuidad a sus fases ofensivas le obligaron a tener que defenderse mucho más tiempo del recomendable en un partido en el que los tres puntos eran el único resultado válido.

Fue el equipo local el que generó más acercamientos en el área contraria. Primero Villares y poco después Sergio Arias inquietaron la portería de Sergio Lloves. Tal y como se preveía, los de Óscar Gilsanz basculaban casi siempre sus ataques hacia la zona de influencia de Gerardo. Su calidad en el uno contra uno puso en serios aprietos a Fran Matos durante la primera parte. Tanto fue así que el lateral no tuvo más remedio que ver la primera tarjeta amarilla para cortar un avance del talentoso jugador local.

Precisamente una acción más del propio Gerardo le permitió ganar la línea de fondo para sacar un pase atrás que Suso Martínez casi introduce en su propia portería en su intento de despeje. Afortunadamente Lloves estuvo muy atento para sacar un balón que ya se colaba en la portería.

A pesar de los mayores acercamientos del Rácing Villalbés el juego en la medular estaba más equilibrado. Superada esa fase de acercamientos locales, el Arosa fue poco a poco exponiendo más argumentos. Incluso los vilagarcianos dispusieron de una muy buena ocasión en una acción de Eloy que, incomprensiblemente, dudó en el remate cuando tenía un mano a mano perfecto contra el portero para abrir el marcador.

Con el resultado inicial, parecía que el paso por vestuarios obligaría en ambos bandos a poner más carne en el asador. El Arosa lo hizo y tuvo más control del esférico en toda la segunda parte. El Villalbés fue bajando considerablemente su intensidad y hasta parecía daban por bueno el empate.

La sensación sobre el césped de A Magdalena era que el Arosa estaba proponiendo más, pero se mostraba impreciso en las acciones de pase en las cercanías del área. Eloy aportaba verticalidad, pero la toma de decisiones no ayudaba a encender la luz en el área de Marcos Souto.

Cuando la inercia apuntaba en clara dirección visitante llegó la expulsión de Fran Matos. El Arosa tuvo que recomponer líneas y Otero apostó por la entrada de Óscar en detrimento de Julio. Poco antes Fran Monroy entró desde el banquillo para aportar mayor profundidad. El Villalbés, ni siquiera en superioridad numérica, se fue a por el partido.

El propio Monroy tuvo el gol del triunfo en una acción en la que exhibió su gran potencia para recoger un balón en la banda y marcharse en velocidad, pero tampoco fue capaz de resolver el mano a mano ante Marcos Souto. El susto llegó prácticamente en la última acción del partido cuando un disparo desde la frontal del cuadro lucense a saque de un córner fue repelido por el larguero para cerrar un partido que no deja estímulos.