El Arosa tenía que ganar y lo hizo. El Dubra no fue rival para un equipo vilagarciano inmerso en miras de play-off y que ha sido capaz de sumar tres puntos que le dejan en solitario en la cuarta posición. Un 4-1 definitivo con el que se culmina la fase de calendario que le ha medido de manera consecutiva a rivales situados en la zona baja de la clasificación.

Salieron los locales dispuestos a inclinar pronto la balanza ante un rival más pendiente de poblar las inmediaciones de su área de jugadores que de poner proa a la portería de Roberto Pazos. Demorar la apertura del marcador era el asunto a evitar.

La circulación de balón era el plan a trazar por los de Jorge Otero. La subida por bandas de Fran Matos y Marcos oxigenaba el capítulo de soluciones ante el denso tráfico en los pasillos interiores. A partir de esa amplitud se generaron los espacios para las apariciones por dentro para situaciones de ventaja en el área. En solo diez minutos se generaron dos situaciones de posible penalti con el central Juan Caneda como sospechoso.

Fueron momentos premonitorios a lo que sería el tanto que abriría la lata. Llegó en una situación iniciada por un cambio de orientación de Sergio Santos a la irrupción por banda de Fran Matos. El lateral tuvo tiempo y espacio para poner un centro medido al corazón del área donde Eloy castigó la mala basculación de la defensa visitante para conectar un perfecto cabezazo cruzado imparable para Brais.

Curiosamente el gol se convirtió en el inicio de una fase mucho más lánguida. Parecía como si el Arosa se hubiese despresurizado y el Dubra fue capaz de incluso discutirle el control del juego. Una falta lateral dio el primer y casi único susto a la zaga arlequinada con un cabezazo libre de marca de Cholo que se fue arriba.

El aburrimiento se apoderó del encuentro mientras el balón discurría muy lejos de ambas áreas. El Arosa no era capaz de finiquitar lo ya iniciado, pero tampoco los visitantes mostraban hechuras de equipo capacitado para algo más. En medio del tedio, Julio Rey se quedó a un palmo de hacer el 2-0 tras controlar un balón delante del área pequeña pero su recorte al portero se le fue un poco largo y su remate forzado ya no encontró portería. Quien no falló fue Rivas con un nuevo gol de cabeza tras saque de esquina en los albores del descanso.

Ese segundo tanto no calmó las ansias de los de Jorge Otero en la segunda parte. Los espacios ya eran mayores entre las ya no tan tupidas líneas del Dubra. El primero en aprovechar uno de esos pasillos fue Antón Vilas que resolvió con una volea un gran servicio de Sergio Santos para lucimiento de Brais.

El bajón anímico de los visitantes era incluso mayor que el futbolístico. No tuvo que hacer demasiado el Arosa para seguir aumentando su ventaja. Una falta lateral botada por Sergio Santos contó con la colaboración de Gonzalo que en su intento de despeje lo único que hizo fue desviar la trayectoria y hacer el 3-0 en propia meta.

La entrada de Sylla no hizo más que aumentar las ventajas ofensivas de un equipo arlequinado que ya campaba a sus anchas. Una recuperación de balón en la medular se convirtió en la catapulta para el 4-0. Julio Rey sirvió a la llegada del senegalés que, tras un magistral recorte, chutó un fuerte e inapelable derechazo cruzado.

Todavía restaban 25 minutos por delante, tiempo que fue utilizado por ambos entrenadores para dosificar fuerzas con todo el pescado ya vendido. El ritmo de partido bajó de manera alarmante y prácticamente no se enlazaban dos jugadas seguidas sin que hubiese alguna falta de por medio. Con un Arosa ya medio adormilado, una excelente jugada por línea de fondo de Ferreiro terminó en un pase de la muerte que Adrián Vázquez aprovechó para hacer el gol del honor.