Manu Santos quiso destacar el excelente trabajo llevado a la práctica por sus jugadores en la importante victoria ante el Covirán Granada, "estoy muy contento por el equipo porque hemos estado en foco todo el partido. Siguiendo el plan y con todo el mundo muy concentrado ante un rival superior físicamente".

En su valoración del partido, el técnico cambadés sostiene que "En el primer cuarto fuimos presas de nuestra buena actitud por querer hacerlo bien ya desde el principio. No elegimos muy bien en ataque, pero nuestra defensa nos mantuvo en el partido. A partir de ahí mantuvimos una constancia defensiva y paliamos nuestras carencias en el rebote con una lucha bestial de todos. A partir de ese trabajo nos empezamos a soltar más en ataque, pero sabíamos que este partido pasaba por defender".

Sobre el futuro, Santos dejó claro que "la liga está tan igualada que no se pueden hacer cuentas de ningún tipo".

El Cambados Cidade Europea do Viño 2017 ha hecho de su baloncesto irreverente la mejor fórmula para seguir a rajatabla la letra de una canción de Melendi que dice "hablando en plata, soñando en oro". Eso es lo que está llevando a cabo exactamente el equipo capitaneado por Manu Santos desde el banquillo. Todo un ejercicio de trabajo, perseverancia y fe inquebrantable en un estilo que está aplastando a todo el que se le pone por delante. El Covirán Granada se ha sumado al capítulo de dañados por una apisonadora de color amarillo. Incluso a punto estuvieron de remontar los 17 puntos con los que perdieron en la capital nazarí, pero ni eso puede poner mácula a una extraordinaria faena.

Con todo ello le costó a los locales encontrar su ritmo de juego. Los andaluces, que se dejaron el liderato en O Pombal, estaban dominando el juego gracias a una defensa muy física y un absoluto dominio del rebote de ataque con Jesús Fernández al frente de las operaciones. Además el Xuven no era capaz de encontrar los pases necesarios para mejorar sus porcentajes.

Con un 10-18 empezó un segundo cuarto en el que ya empezarían a cambiar las tornas. La entrada de las segundas unidades significaría un cambio de orden. Los de Manu Santos subieron su energía de tal manera que los visitantes se pasaron hasta cuatro minutos sin anotar. El Xuven ya había encontrado su flow y Juan Rubio fue el encargado de darle la primera ventaja a los suyos a base de triples (23-21).

La vuelta de los titulares a la cancha cambió la dinámica. Los de Pablo Pin anotaron en los minutos previos al descanso tres veces más que en los siete anteriores y pudieron salvar los muebles al descanso (25-32).

Anular la presencia de los pívots rivales y seguir subiendo la intensidad fueron las premisas marcadas por Manu Santos y sus soldados amarillos las ejecutaron a la perfección. Adrián Chapela se echó al equipo a las espaldas con nueve puntos en ese tercer cuarto y la aparición de Charles, con su primera canasta, sirvieron para subir los decibelios en O Pombal (38-35).

Con el juego interior totalmente desaparecido, el Covirán Granada recuperó su última ventaja en el marcador con dos triples consecutivos de Iván Martínez (42-44), pero Brant Osborne le devolvió la moneda para dejar todo por decidir en unos últimos diez minutos que prometían (50-48).

Las rotaciones volvieron a coincidir con la escapada del Xuven. La extraordinaria defensa de los cinco jugadores en cancha se convirtió en todo un tormento para el Covirán Granada. Un parcial de 17-2 desesperó a Pablo Pin que agotó sus tres tiempos muertos y en el último ya mandó el mensaje a sus jugadores de pensar en no perder el average favorable de 17 puntos.

La omnipresencia del Xuven en el rebote de ataque, y los errores en los tiros libres granadinos, dieron por varias veces los 17 puntos de renta a los locales. A falta de 14 segundos, con 76-61, los amarillos desperdiciaron una posesión para añadir plusvalía a una victoria ya de por sí de extraordinaria dimensión. Quinto triunfo consecutivo de un equipo que está logrando lo nunca visto por estos lares.