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Changui marca la diferencia en el derbi

El capitán del Ribadumia aprovechó el único disparo a portería de su equipo en la segunda parte para marcar

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El derbi de A Senra en imágenes

El fútbol no entiende de justicias divinas. Ni siquiera la meritocracia es una norma exacta en lo que al resultado final del encuentro se refiere. Sin gol no hay triunfos y ayer en A Senra el único equipo que fue capaz de llevar el balón al fondo de las redes fue el Ribadumia. Que lo hubiese hecho con mayor o menor insistencia que su rival es una cuestión que no quedará recogida en ninguna clasificación, pero lo cierto es que el Arosa se volvió con las manos vacías y viendo frenada en seco su persecución a las cuatro primeras plazas.

Todo olía a ambiente de derbi. La cola de acceso a las taquillas tenía un tráfico superior a lo normal e incluso el buen estado del césped de A Senra dejaba entrever que el de ayer no era un partido cualquiera. Alrededor de 400 personas congregó un encuentro que quizá no respondió en cuanto a calidad futbolística a lo que se esperaba.

El Ribadumia tenía clara la jerarquía del rival que tenían enfrente y por ello apostó desde un principio por su versión más recatada. Estaba claro que la premisa era no enseñar más de lo debido por atrás y por ello David Sierra apostó por una tupida línea de cinco defensas. Aún con ello fueron los locales los primeros en disparar a portería. Fue con una falta extraordinariamente ejecutada por Adrián Camiño que obligó a Lloves a mandar a córner un balón que buscaba su escuadra derecha.

Con el paso de los minutos el Arosa fue encontrando poco a poco su lugar. No tuvo reparos en asumir el protagonismo con el balón, aunque casi siempre en zonas donde al Ribadumia más le interesaba. La telaraña tejida por los aurinegros a partir de la línea de mediocampo dificultaba en todo momento la maniobrabilidad de los de Jorge Otero, a los que les estaban faltando soluciones para generar ventajas tanto en el juego interior como por las bandas.

Casi por inercia los visitantes fueron acercándose al área local. Sylla avisó primero con un disparo alto y poco después Manu Justo profundizó por el costado derecho, pero el remate llegando al espacio de Óscar se fue muy arriba. En una jugada muy similar, Sylla fue capaz de ganar la línea de fondo por el costado derecho, pero el servicio a la llegada de Julio Rey se quedó sin consecuencias en el marcador.

Ni siquiera había noticias ofensivas de los de David Sierra. El Arosa impuso un alto ritmo y los aurinegros apenas podían desahogarse con el balón en los pies tras recuperación, aunque se sentían muy cómodos ejecutando un solidario trabajo defensivo y de repliegue como esperando su momento en forma de contraataque.

Todo pudo haber dado un giro radica en la última acción de la primera mitad cuando Adrián Camiño botó una falta lateral y el remate al alimón entre Bugallo y Mou se marchó fuera a escasos centímetros del poste derecho de la portería visitante.

El paso por vestuarios no cambió un ápice el planteamiento de los dos equipos. El partido había entrado en un guión establecido del que ya no se movería. Ni siquiera los cambios de fichas ordenados desde ambos banquillos sirvieron para alterar lo que estaba sucediendo. Con todo ello, una de las mejores ocasiones visitantes la tuvo Sylla cuando llegó un tanto forzado a un extraordinario pase filtrado por Julio Rey. El delantero senegalés no pudo concretar el mano a mano ante Táboas.

Pasaban los minutos y el Arosa seguía teniendo la posesión. La horizontalidad estaba siendo su principal lastre. No había manera de acercarse con acciones fluidas a la zona de definición, por lo que el balón parado dio origen a una doble ocasión de Rivas que no terminó en gol de milagro. Primero gracias al acierto de Táboas en el remate a bocajarro del central que tampoco aprovechó el rechace dentro del área pequeña cuando ya se visualizaba el 0-1 en todo el campo de A Senra.

Y cuando ya todo parecía tocar a su fin con todo abocado al empate, Anxo robó un balón a Sidibé para iniciar una poderosa conducción que prolongó con un pase al costado izquierdo para la internada de Fran Fandiño. El pontevedrés realizó un centro-chut potente y raso que Lloves no pudo atajar y el balón quedó suelto para la llegada de Changui, quien sacó a relucir su clase picando el esférico por encima del portero para que entrase mansamente en las mallas y dar la puntilla a un triunfo que el Arosa dejó escapar en su único error defensivo.

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