El Ensino pagó los platos rotos de la derrota del pasado sábado ante el Universidad de Oviedo. Y es que la intensidad puesta en escena por el Kemegal Cortegada se convirtió desde la primera acción en todo un vendaval incontrolable para las locales.

A base de ritmo y mucha solidaridad en defensa, las jugadoras de Rubén Domínguez fueron capaces de sacar a su rival de la pista. A ello se le unió un buen criterio a la hora de compartir el balón en campo ofensivo, cuestión que tuvo su reflejo en las buenas selecciones de lanzamiento.

Las cinco titulares vilagarcianas superaron la barrera de los diez puntos en un partido que al descanso estaba sentenciado. Más incluso que por la diferencia en el marcador, por la sensación de superioridad ante un Ensino incapaz de contener todo el vendaval de juego que se le vino encima.

Incluso quedó claro que el Kemegal no quiso hurgar más en la herida local en el último cuarto a la espera de empresas más complicadas en su camino.