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A Senra sirve de trampolín al Compos

Los visitantes supieron golpear en el momento exacto para llevarse los tres puntos y acercarse al play off - El Ribadumia no creó grandes ocasiones de peligro - Diego Rey y Abilleira sentenciaron a los locales

Lucas atrapa el balón antes de que Fran Fandiño pudiese llegar a él, ayer, en A Senra. // Iñaki Abella

No tuvo ayer suerte el Ribadumia. Los pupilos de David Sierra no jugaron un mal encuentro, incluso en algunos momentos fueron superiores a uno de los rivales más complicados de la categoría, pero la calidad acabó decantando el partido en favor de un Compostela, que gozó de más y mejores ocasiones, y lo que es más importante, supo concretarlas en los momentos clave.

El encuentro comenzó con ambos equipos tratando de hacerse con el balón, lo que permitía continuas alternativas que no alcanzaban a crear ocasiones claras de gol. En esos primeros minutos solo Changui estuvo cerca del gol. El delantero local trató de hacer una vaselina muy lejana, pero no consiguió sorprender a Lucas que atrapó sin problemas

Esa ocasión le sirvió al Ribadumia para tratar de llevar la iniciativa y abrir el marcador. Estuvo cerca, pero una pierna milagrosa evitó que Changui pudiese anotar tras una bonita jugada local en el minuto 9.

La primera aproximación del Compostela con peligro llegó de las botas de Diego Rey, que recortó en el borde del área a varios contrarios hasta que se perfiló para el disparo, pero este salió rozando el larguero de Manu Táboas.

La ocasión más clara llegó en el minuto 22. Un pase en profundidad permitió a Santi ganarle la espalda a toda la defensa del Ribadumia. El delantero se plantó solo ante Manu Táboas, que acertó a desviar el balón en el mano a mano.

Un fallo en la salida del balón de Camiño, permitió al Compostela plantarse de nuevo ante Manu Táboas. El meta aurinegro volvió a desviar el disparo de Diego Rey. Era el minuto 25 y el Compos comenzaba a mandar en el campo.

Eran momentos de agobio para los locales en los que el Compos presionaba muy arriba para robar el balón, pero no acertaba a rematar a portería con claridad, como en el minuto 28, cuando Cardeñosa cabeceó un centro de Diego Rey desviado en inmejorable posición. Los locales sufrían con los balones a la espalda de los centrales debido a la velocidad de los puntas del Compostela. Los locales solo conseguían crear peligro con disparos lejanos, como los de Agus, Camiño o Anxo, pero o no encontraban portería o atrapaba sin problemas el meta visitante.

El dominio visitante iba a tener recompensa en el minuto 38. Diego Rey arrancó desde la derecha, fue deshaciéndose de rivales por fuerza y talento para plantarse en las inmediaciones del área pequeña. A pesar de estar escorado, soltó un disparo seco que se coló como un obús por la escuadra contraria de Manu Táboas sin que el meta pudiese hacer nada. Pudo ampliar la ventaja el Compostela tan solo cuatro minutos después, en un fuerte disparo de Santi que volvió a desviar Manu Táboas.

La segunda parte arrancó con un Ribadumia más ambicioso y tratando de buscar opciones que le permitiesen igualar el encuentro.

Sin embargo, ese dominio era infructuoso. Es más, tuvo el Compostela la ocasión de ampliar la ventaja en el minuto 57. Los visitantes armaron una contra de libro, que no acertó a cortar ningún defensa, lo que permitió a Recoba plantarse solo ante Manu Táboas. El medio visitante la colocó abajo, pero Táboas le adivinó la intención y sacó una mano salvadora. El rechace no acertó a rematarlo Santi. Sierra movió el banquillo para dar más mordiente a su equipo y controlar el juego, tratando de evitar las contras del Compos.

Los cambios consiguieron el objetivo defensivo, pero en ataque, las cosas seguían sin salir. Tan solo un disparo desviado de Changui en el minuto 76 como bagaje de peligro. El delantero de Boiro era una isla rodeada de jugadores del Compostela. A pesar de pelear durante todo el partido, nunca le llegaron balones en condiciones para reencontrarse con el gol tras su estadía lejos de los terrenos de juego.

Cuando el partido expiraba, el Ribadumia no supo sacar un balón que acabó robando el Compostela. Un buen cambio de orientación dejó a Tomás Abilleira solo ante Manu Táboas, al que fusiló para anotar el segundo tanto que sentenciaba el partido.

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