El trámite de Ponferrada tocó a su fin tras noventa minutos en los que la diferencia de potencial de un equipo rabioso por sus últimos resultados y un equipo plagado de canteranos fue una evidencia.

Jorge Otero no varió un ápice la línea marcada en la competición copera e hizo participar en el encuentro hasta a once jugadores canteranos, la mayor parte de ellos en edad juvenil. El técnico utilizó el encuentro como estímulo para los jóvenes dejando muy al margen el resultado de una eliminatoria que ya había quedado finiquitada en A Lomba.

Los de Pedro Munitis salieron enrabietados. Las seis jornadas que acumulan sin ganar en liga pesaban no solo en la Ponferradina sino también en su afición. Ello hizo que los locales saliesen dispuesto a hacer pagar los platos rotos a los vilagarcianos y la muestra está en que a los veinte minutos de partido ya ganaban por 3-0.

Por si fuera poco, Munitis decidió poner en liza a un once que bien podría ser el de cualquier partido de liga, lo que contribuyó aún más a resaltar la diferencia de recursos entre ambas escuadras.

El canario Figueroa batió a Aarón en sus dos primeros disparos a portería reivindicándose tras las críticas recibidas por su bajo rendimiento liguero. El 2-0 no sirvió para bajar el ritmo de los locales que dominaron el balón y las oportunidades a su antojo con la banda izquierda como principal carril hacia el área.

Rayco primero, y nuevamente Figueroa un poco después, tuvieron sendas situaciones para hacer un 3-0 que terminaría llegando en una acción por banda en el que el centro generado fue enviado a su propia portería por Marcos en el intento de despeje.

El partido se mantuvo en la misma dinámica hasta que Figueroa pudo completar su triplete realizador con una volea tras un buen pase de Cidoncha. Con el 4-0 el partido fue discurriendo plácidamente para ambos equipos. Los bercianos bajaron claramente su nivel de intensidad y el Arosa se sintió más cómodo, pero sin llegar a contar con acciones merecedoras de gol. Y así llegó su despedida de la competición copera para centrarse en sus intenciones ligueras.