Nueva derrota del Calmear en un partido vital por la permanencia. Esta vez fue en Vigo a manos del Granitos Ibéricos Carballal por 34-28. Los grovenses incidieron en los mismos errores que en jornadas precedentes y, tras realizar unos primeros veinte minutos fantásticos, se fueron del partido en un abrir y cerrar de ojos en el último tramo de la primera parte, permitiendo al rival cobrar una renta de cinco que condicionaría ya el resto del choque.

En cancha viguesa el partido arrancó con un parcial de 3-0 a favor de los locales, pero el Rasu se rehizo para, primero empatar con en el minuto 12 (7-7), y poco después ponerse uno arriba en el 13 (7-8), gracias a, en ambos casos, dos acciones culminadas por Sergio. A partir de ahí el partido se mantuvo en una tónica de igualdad, con un conjunto grovense muy sólido (15-14).

Fue en eses instante cuando una serie de pérdidas de balón unidos a la exclusión de Iago, posibilitaron al rival correr a la contra. Y en ella emergió Cerillo, hasta entonces apagado, que junto con Correa le endosaron a los grovenses un parcial de 5-0 que condicionaría el resto del choque al llevar el marcador a un a 20-14 al descanso.

El arranque del segundo tiempo fue muy errático en el ataque grovense. Tanto fue así que en los siete primeros de la reanudación solo materializó un único tanto, si bien la defensa mantuvo el tipo y permitió que, cuando menos, la renta del Carballal no creciera. Es más, el Rasu reaccionó tímidamente, si bien un 21-18 en el 36 fue lo más cerca que estuvo del rival segunda parte.

Luego el Carballal mató el choque llevando el electrónico a una renta máxima de 10 en el minuto 51 (33-23), mientras el Rasu se perdía por momentos en protestas estériles a los colegiados que acabaron costándole la expulsión al portero Adri.

La entrada de los hombres de banco por parte del Granitos Ibéricos, incluidos los juveniles, impidió una renta de escándalo, y permitió al Rasu maquillar un tanto el resultado final al caer de seis (24-28).

La derrota deja muy tocado a un equipo grovense que había puesto fundadas esperanzas en estos dos últimos choques ante A Cañiza y Carballal, rivales directos por evitar el descenso y donde el equipo se mostró anímicamente endeble. Quito Parada reconoce que el plantel no anda fino, "no estamos sueltos. El equipo juega agarrotado ante rivales que son parejos a nosotros, incluso el pasado año lo hacíamos mejor a estas alturas de la temporada".

Sobre las soluciones sostiene que "tenemos conjurarnos para darlo en estas dos próximas jornadas antes Seis do Nadal y Lavadores. De lo contrario la liga se nos va a ir antes de la Navidad".