No dio opción (23-32) el Porriño a un Teucro-Asmubal en un partido al que la humedad y la falta de luz en el pabellón de Coirón obligó a trasladar a Pontevedra. Y después la lesión de tobillo de su principal artillera, Raquel Sineiro, en la sesión preparatoria de la matinal, la cual le impidió estar por la tarde con el equipo, sumándose así a las otras dos bajas del plantel.

Las meaño-pontevedresas se vieron superadas desde el arranque mismo con un parcial ya de 0-3. Mediada la primera parte eran dobladas en el marcador (5-10), y a los 20 minutos el líder cobraba ya una renta decisiva 9 (6-15), la cual mantenía al descanso (9-18).

En la segunda parte las porriñesas subieron su ventaja a una máxima de 11 en el 40 (11-22). A partir de ahí mantuvieron siempre una renta holgada que no bajó ya de los 9 goles.

Mientras el Rasu, después de tres derrotas consecutivas, ponía su primera piedra para la reacción al ganar en Tui (20-24). Victoria merecida a la par que sufrida de las de Pablo Filgueira en un partido más igualado de lo previsto, y donde las grovenses mandaron con ventajas de 2 y 3 goles, pero que neutralizaban en repetidas ocasiones las locales.

La tónica se mantuvo en la segunda parte en la que incluso las tudenses mandaron por un momento (18-17 en el 40). Pero el Rasu tiro de oficio en el tramo final para invertir esta vez el guión.