La final de la Copa RFEF que disputarán Arosa y Pontevedra todavía no tiene sede para su disputa el próximo 12 de octubre. A siete días de la fecha del encuentro que decidirá el representante del fútbol autonómico en las eliminatorias nacionales, la Federación Gallega sigue sin poder comunicar la sede del encuentro ni tampoco el horario del mismo.

El Arosa no tuvo reparos para ofrecer A Lomba como campo para la final, aunque su aprobación ya ha quedado descartada porque el Pontevedra prefiere que el encuentro se dispute en terreno neutral. Los motivos que esgrimía Manuel Abalo para que el partido se jugase en Vilagarcía se basaban en la compensación económica una vez que los de Jorge Otero han tenido que disputar una eliminatoria más para llegar a la final. A ello añadían que dos de esas eliminatorias tuvieron que disputarse en la provincia de A Coruña con el consiguiente gasto en traslados. Incluso entre las razones que expuso el club vilagarciano se añadía, una vez conocido el otro finalista, el hecho de jugar en una categoría inferior a la del Pontevedra.

Entre las otras posibilidades que se han barajado está la de Burgáns. El mayor inconveniente con el que cuenta el coliseo cambadés es el referido al estado del terreno de juego que no es del total agrado de ninguna de las dos partes.

Que el encuentro se dispute en A Senra es una opción que no termina de agradar a la Federación Gallega puesto que el terreno de juego de Ribadumia ya albergó la final de esta misma competición la pasada temporada. La apuesta por la diversidad de sedes juega en contra de esta opción.

En el Arosa confían en que a lo largo del día de hoy quede resuelta la incógnita, si bien Manuel Abalo ya ha admitido sus preferencias porque el partido se juegue en el Salvador Otero. Según el presidente arlequinado, "es un terreno de juego que está en perfectas condiciones y el partido se va a jugar en un día festivo. Creo que A Illa es un sitio ideal para jugar el partido".

En el caso del Pontevedra una de las opciones que más gusta es la de inclinarse por uno de los dos campos de hierba natural del Concello de Sanxenxo, como son los casos de Baltar y San Pedro.

Cabe recordar que la final se disputa a partido único, a lo que se añade el hecho de la rivalidad histórica entre los dos clubes que este año, y al igual que el anterior, no se enfrentarán en competición liguera tras el ascenso granate a Segunda División B.