Se cumplió el pronóstico y el Calmear Rasoeiro no tuvo opción ante el Chapela, un rival que no es de su liga y que se impuso con claridad en O Grove por un contundente 20-33 demostrando algunas de las razones que le sitúan como claro candidato al ascenso.

Ante un pabellón con media entrada (unas 250 personas en la grada) los de Quito Parada, aunque siempre por debajo, compitieron en la primera parte, a cuyo término que llegó con un parcial de 10-14. En ella, mediado el período, el Rasu tuvo que cambiar su 6-0 inicial por un 5-1, e incluso salir con dos hombres, para obstaculizar la circulación del rival y tratar de frenar su lanzamiento exterior que estaba le estaba haciendo daño con Chema Cid como jugador destacado.

Pero en la segunda mitad el Chapela disipó cualquier duda con un arranque fulgurante que finiquitaba el choque en el minuto 45 (13-23), minutos en los que el pivote Rubén Gómez causó estragos desde los seis metros.

En ataque el Rasu lo intentó por activa y por pasiva ante un 6-0 defensivo del Chapela, muy pegado a la línea y haciendo valer la gran envergadura de sus hombres. Ni el doble pivote que ordenó por momentos Quito Parada, a pesar de no contar con los dos pivotes naturales del equipo que son Pistacho y Aarón, tuvo el efecto deseado ante tan rocosa defensa. Y tampoco tuvieron opción los grovenses de correr ante un rival que apenas sí cometió pérdidas de balón y que, de hecho, no permitió al Rasu una sola contra directa en todo el partido.

Así las cosas el Chapela se dedicó a rotar el banco en los minutos finales sin que la ventaja se resintiera y creciera al final incluso hasta los 13 goles (20-33).