El Arosa ya es finalista de la Copa RFEF. El equipo vilagarciano asaltó el campo de O Roxo con un equipo cargado de jóvenes canteranos de salida y que fue añadiendo músculo y experiencia en la segunda parte para conservar la ventaja adquirida.

No fue un partido de dominio vilagarciano, sino más bien lo contrario. La efectividad de los de Jorge Otero fue lo que declinó la eliminatoria a su favor. Era el Cerceda el que se animaba a proponer más desde el principio ante un bien plantado equipo vilagarciano.

La gestión de los espacios parecía una de las notas claves en la preparación de partido del Arosa y por esas llegó el primer tanto. Fue el canterano Carlos Torrado el que aprovechó un perfecto servicio a la espalda de la defensa para batir por alto a Rumbo en su salida.

A la salida de un córner Alberto Carballa puso el 0-2 nada más salir de los vestuarios y el Cerceda se lanzó entonces a la desesperada a por la portería rival. Otero movió fichas y fortaleció aquello que su maestro Aragonés llamaba pasillo de seguridad con la entrada de Sidibé y Aitor Díaz. Los coruñeses tuvieron que conformarse con el gol del honor ya en los estertores del partido con un perfecto cabezazo de Juan.