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Jéssica Bouzas, en la antesala de la élite

La Academia de David Ferrer quiere a la vilagarciana en su programa de desarrollo

A los cinco años fue su primer contacto con el tenis y ocho años después es uno de los mejores proyectos del país. // Iñaki Abella

El sueño de alcanzar la élite es compartido por cualquier deportista sea cual sea la especialidad. Bien es cierto que detrás de esa culminación del éxito existe todo un proceso a seguir que incluye momentos de incertidumbre y decisiones difíciles de asimilar con niños en edades tempranas. Hace escasos días se celebró el veinte aniversario de la llegada de Andrés Iniesta a La Masía del Fútbol Club Barcelona. Se hablaba de las lágrimas del por entonces un niño de doce años al que su talento le puso en la encrucijada de abandonar su Albacete natal y resignarse a ver a su familia un par de días al mes. Para su fortuna y la de todo el fútbol español no hubo que esperar dos décadas para comprobar lo acertado de una decisión de la que nunca se podrá arrepentir de haber tomado.

Una situación así es la que está viviendo la familia de Jéssica Bouzas. La calidad y proyección de la jugadora vilagarciana no ha pasado desapercibida para las grandes academias de élite del país que han visto en ella una apuesta firme de futuro para el tenis femenino. Su condición de internacional infantil ha tenido también mucho que ver en que el verano de la familia Bouzas contase con varios quebraderos de cabeza para decidir aspectos tan trascendentales para su hija. En la balanza pesaba por un lado el que la primogénita se quedase en casa, entrenando en el Club de Tenis O Rial y siguiendo sus estudios de ESO o abrirle las puertas de par en par a los sueños.

David Ferrer, quien da nombre a una academia de tenis en su localidad natal de Jávea, ha sido el más incisivo en el interés en Jéssica. Juan Jesús Bouzas, padre de la jugadora, ya lleva muchos años tratando de conseguir por medio de empresas e instituciones el soporte económico necesario para aportarle a su hija la mejor formación tenística sin tener que abandonar el hogar familiar, pero no tuvo suerte. Su perseverancia en cambio se ha visto recompensada con una oferta en firme por la academia de tenis alicantina que quiere contar a toda costa con la vilagarciana como uno de sus proyectos.

Ya está en Alicante

Es tal el interés puesto por la Academia Ferrer que Jéssica Bouzas ya se encuentra desde el pasado martes en Jávea para iniciar un periodo de adaptación a todo lo que conlleva residir y entrenar dentro de un programa de desarrollo tenístico.

La oferta es firme, pero ni el centro ni la familia quieren dar ningún paso en falso antes de que finalmente se concrete. La felicidad y buena adaptación de Jéssica está por encima de todo y la decisión definitiva se tomará una vez se comprueben las sensaciones de la prometedora jugadora tras los quince días que comprende el tiempo fijado para su aclimatación.

Además de la oportunidad que supone esta oferta para el desarrollo tenístico de Jéssica, también juega a favor de la firma definitiva del contrato el hecho de que cuenta allí con la presencia de amigas con las que ha coincidido en diferentes torneos como rivales, y con algunas de ellas como compañeras en la selección.

A punto de cumplir los catorce años, la tenista vilagarciana está además en la considerada como la edad perfecta para apostar decididamente por cultivar todo su talento con la raqueta y todo va encaminado a que así sea a la espera de la decisión definitiva.

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