Amarga derrota para un Villalonga que mereció mayor premio a una manifiesta superioridad futbolística sobre el Negreira. La acción del penalti que dio lugar al empate de los locales terminó por convertirse en un apagón de ideas para los celestes que resultó definitivo para sus intereses.

Cada equipo se hizo dueño de una parte en el Jesús García Calvo. La primera fue de total dominio del conjunto de Antonio Fernández, que pudo resolver y no lo hizo. Después, un baile de piezas del cuadro local al inicio del segundo periodo y un resolutivo Capelo permitieron el cambio de tendencia y de resultado. El equipo local entregó el primer tiempo al Villalonga que se mostró más compacto en el centro del campo, además de ser capaz de cortar todos los pases interiores. Este planteamiento derivó en un gol por mediación de Íker. El delantero se deshizo de su par en la banda izquierda, se internó y con la pierna derecha definió un fuerte trallazo a la escuadra izquierda del portero.

Incluso hubo opciones para el 0-2 con un tiro al palo de Javi Pazos y otra acción suya posterior. Pero ya en la segunda parte llegó un penalti que protestaron muchísimo los celestes. El empate no fue lo peor para sus intereses, dado que en la acción posterior una pérdida de balón dio lugar al 2-1 que les dejó compuestos y sin puntos.