El fútbol en Vilaxoán está de enhorabuena. En ello tiene mucho que ver una generación de jugadores que, pese a estar todavía en edad infantil, se perfilan como un importante activo para el futuro del club de Vilaxoán. Basta con observar los números que adornan su trayectoria este año para tomar conciencia de su altísimo nivel.
La liga local, también catalogada como Segunda División Infantil, tuvo en su grupo 8 a un San Martín extraordinariamente efectivo. Sus 31 victorias en 32 encuentros disputados deja bien a las claras la dimensión que ha alcanzado la temporada del equipo dirigido por Marcos García Casenave "Rebo". Solo el Vilagarcía ha sido capaz de hacer frente a los de Vilaxoán quedándose a tres puntos del líder y siendo además el único equipo capaz de superarlos.
Una de las máximas puestas en práctica por el entrenador no fue otra que el reparto de oportunidades. Rebo dejó claro desde un principio que el sentido formativo del grupo no iba a quedar sometido a la dictadura de los resultados. Los 17 niños que componen la plantilla dispusieron de oportunidades y minutos suficientes para sentirse partícipes del éxito. "En mi equipo juegan todos. Tenemos claro que la fuerza que da un buen grupo es lo que te da buenos resultados y esa idea tiene que ser innegociable en formación".
Llegado al San Martín hace seis temporadas, el técnico del equipo campeón quiere agradecer la confianza depositada en él, especialmente a Pepe García y Gonzalo Durán. "Pepe fue el que me fichó y Gonzalo ha sido un apoyo muy grande como coordinador del club".
Otro de los motivos que ejercen de plusvalía en una temporada irrepetible es lo relativo al físico de sus jugadores. En este sentido, Rebo apunta que "tenemos una generación que no destaca precisamente por su cuerpo o su presencia física. Tenemos muchos niños pequeños que tocan muy bien el balón y eso nos hace ser optimistas".
Si bien el próximo año tocará pelear por la permanencia en la competición provincial con una plantilla debilitada por el paso de categoría de muchos efectivos, la esencia del trabajo realizado se convierte en la base sobre la que volver a construir.
