- Sus cuatro años en el Betis tuvieron de todo parece. Hasta nueve entrenadores tuvo allí

- Es un club con una idiosincrasia muy peculiar. Todo estaba controlado por Don Manué (Lopera). Fueron cuatro años y la afición es complicada. Después llegó Luis Aragonés y quería que yo siguiese y allí hice cuatro años. Es una ciudad en la que siempre te felicitan. Ya sea por ganar o porque pierde el Sevilla. Tiene esa dualidad. Era una locura, en aquella época era tremendo. Era muy difícil funcionar con tanto desbarajuste. Al final bajamos a Segunda, pero subimos el año siguiente.

- El Atlético de Madrid salió luego a su paso con Luis Aragonés otra vez por medio.

- Había hablado conmigo antes de acabar la liga porque era un secreto a voces que iba a fichar por el Atlético. Me quería allí, pero aún quedaban meses y le doy largas. Medio se cabrea conmigo y me dice lo que "yo le diga va a misa" y ya no dudé. Empecé con el Atleti en Segunda y ascendimos al primer año. Es un club que me marcó porque te tratan muy bien. Eres un héroe para la afición. Entiendo perfectamente cuando escucho a los jugadores actuales del Atlético lo que dicen de la afición y sé lo que es porque lo viví.

- ¿Qué jugador le impresionó más de su época?

- Ronaldo el brasileño era imparable. Mijatovic fue el que más calidad tenía de entre los que jugué con ellos. Zubi, era un líder. Vicente, en el Celta. Fernando, en el Valencia me impresionó mucho. El Piojo López era otro fenómeno.

-¡Pero si hasta fue compañero de Romario! Cuente algo de él.

-Hacíamos series de 1.000 metros y en una misma serie lo doblamos dos veces. Y en la portada de un periódico valenciano titulan "Como sufre Romario".. . Si lo único que no hacía era sufrir. Hay una anécdota con Mijatovic cuando Aragonés le dijo "la única diferencia que tiene con estos es lo que cobra, le voy a exigir". Eso era un poco lo que tenía Luis Aragonés. Trataba a todos igual en la caseta.