"La afición pesó mucho en la decisión de no contar con Piscis después de tres años y medio, y que una gran parte de la masa social reclamaba un proyecto nuevo".

Así explicó ayer Manuel Abalo la decisión de prescindir de los servicios del técnico que devolvió al Arosa a la Tercera División cuando vivía su particular via crucis en Preferente. Abalo no escatimó elogios hacia el de Portonovo, llegando a asegurar que "si hubiese trabajado para una empresa privada, hoy estaríamos hablando de un ascenso por todo lo que ha hecho, pero en el fútbol, dos más dos no son cuatro siempre, y ahora apostamos por iniciar un nuevo ciclo". El presidente reconoció que el técnico tiene "las puertas abiertas del Arosa, donde ha dejado una profunda huella".

Por su parte, el técnico de Portonovo fue elegante en su despedida, deseándole la mejor de las suertes al que será su sustituto y haciendo público "el cariño que siento por este club, además de agradecer al cuerpo técnico, directiva, afición y los jugadores de las diferentes plantillas su colaboración y apoyo durante todos estos años".