- ¿Se siente usted lo suficientemente apoyado para llevar al Arosa un poco más arriba?
- Por el respaldo empresarial estoy muy contento. Las relaciones ahora con el concello son muy buenas, pero quizá estamos en desventaja con otros clubes respecto al dinero que recibimos. El Choco recibe 26.000, el Choco 40.000 euros de su concello, incluso el Boiro recibe 19.000 euros y nosotros estamos en 7.000. En ese aspecto me siento un poco desamparado. Hay que reconocer que en Vilagarcía hay mucho deporte y lo que nos toca será lo que nos corresponde. Ese es el baremo que hay y hay que adaptarse. Como compensación estamos en una ciudad con más posibilidades para trabajar los recursos privados.
- Quizá el único pero que se puede poner a su gestión es que no se ha generado cantera de directivos. ¿Es difícil trabajar al lado de Manolo Abalo?
- Seguramente sea difícil porque soy muy exigente, pero principalmente conmigo mismo. Me gusta ser muy serio y ganarme la confianza de todos. Quiero ser lo más honrado posible y me gusta estar con gente seria y exigirle. Quizá me cueste un poco delegar en el aspecto económico a la hora de generar recursos porque también asumo toda la responsabilidad a la hora de pagar. En lo deportivo sí delego sin problemas, pero en lo económico me gusta ser muy estricto. El que quiera sumar siempre tiene la puerta abierta, pero sabiendo que tiene que haber arquitectos y peones.
- Se avecina un año muy exigente. Mantener el listón del apoyo en las gradas de A Lomba demandará un proyecto atractivo.
-Vamos a intentar equivocarnos menos. Intentar fichar para pelear por estar entre los mejores, pero sin olvidarse que lo primero es la permanencia. Con nuestros recursos vamos a construir el mejor equipo posible. Lo que más deseo, es que al margen del puesto final, es que la gente que vaya a vernos a A Lomba salga contenta. Si ellos salen contentos yo voy a salir igual.
