Muy pocos imaginaban al principio de esta temporada que el Rasoeiro podía luchar por el ascenso, El objetivo, lejano en los inicios, ha ido tomando cuerpo hasta que ayer se hizo una realidad, gracias a la victoria ante el Colindres (34-32), y sobre todo, a la ambición de un Maristas de Navarra que logró derrotar al anfitrión de esta fase de ascenso, el Basauri, en el último partido.

Esa victoria evitaba un triple empate que perjudicaba a los grovenses, abriéndoles así las puertas de la Primera nacional.

Pero antes el Rasoeiro necesitaba la victoria ante un Colindres que todavía si no había estrenado su casillero en la fase. Los grovenses eran conscientes desde el inicio de la necesidad de vencer por el mayor número posible de goles para un posible triple empate. Comenzaron mandando en el encuentro, con un parcial de 5-1 que daban muchas esperanzas a los grovenses. Sin embargo, el Colindres no estaba dispuesto a ser un convidado de piedra, y muy pronto igualó el encuentro (7-7). A falta de un minuto para finalizar la primera mitad, los trove sea estaban uno arriba y en funciones defensivas, pero dos errores Cántabros permitieron a los grovenses llegar al descanso con una ventaja de tres goles.

En la segunda parte, el Rasoeiro sufrió, pero supo mantener esa ventaja, la cual certificó a falta de diez segundos cuando Moto as notaba el tanto definitivo.

La ventaja no garantizaba el ascenso en caso de un triunfo de Basauri, una opción que el Maristas evitó con un triunfo.

Los integrantes de la expedición del Rasoeiro viajaban al cierre de esta edición hacia O Grove, donde se les esperaba sobre la medianoche con una pequeña recepción de aficionados.

Ahora, la directiva tendrá que analizar si el ascenso es viable económicamente y el club puede afrontar una campaña que pasará a la historia del club en el futuro.