El Kemegal Cortegada concluyó la temporada en Liga Femenina-2 en la octava posición y con un balance de 12 triunfos y 14 derrotas. La última alegría llegó en el duelo ante el Celta, resultado que permitió igualar el balance del Durán Maquinaria Ensino como mejor equipo gallego de la categoría.

Rubén Domínguez, en su balance de lo que fue el ejercicio, tiene claro que "fue una sensación agridulce. Nos queda que hemos competido en todos los partidos, pero hubo diversos condicionantes que nos afectaron a nuestro rendimiento durante todo el curso".

La lista de esos aspectos que lastraron el rendimiento colectivo incluye, según Domínguez, "el calendario, que al principio fue muy exigente coincidiendo además con que Sara no estaba bien físicamente. Además, Mame Sy no llegó al mismo nivel de forma que el año pasado. También el no haber podido fichar a Blanca Millán nos trastocó mucho".

El técnico añade además que "nos queda una sensación un tanto amarga porque pudimos haber ganado algún partido más. Creo que cuatro partidos más los hubiésemos podido ganar con un poco más de suerte, pero también hay cosas positivas que ayudan a tener mejores sensaciones". Del mismo modo considera que "nuestro inconformismo nos hace ser más ambiciosos".

Considera Domínguez que uno de los aspectos destacados es la progresiva presencia de las canteranas en la primera plantilla, "el objetivo de competir y crecer se ha cumplido. En lo individual las jóvenes han contado con más minutos de calidad y su aportación ha sido buena. Eso es algo de valorar sabiendo además que el nivel medio de la competición subió mucho esta temporada".

En cuanto al futuro, Domínguez tiene claro que la línea a seguir será la que marque el estado económico de la entidad, "el club continúa recuperándose poco a poco y hay que ser realista con la situación. Todavía no sabemos que plantilla podremos hacer, pero está claro que las líneas maestras serán bastante similares".