Alberto Rodríguez se despide de las canchas, pero no de un baloncesto al que ahora se entregará como entrenador.
- ¿Tan mal se ve para dejarlo?
- Han sido más de veinte años con unos hábitos, trabajando mucho mi cuerpo y conozco mucho mi estado. Ya no consigo la adrenalina suficiente el día de competición que conseguía antes. Son pequeñas señales acumuladas y si no puedes estar a tope los días que toca pues tienes que ser honesto con el equipo, honesto con el club y afrontar el momento.
- ¿Y para los entrenamientos y el día a día sí tenía esa energía que le faltaba para competir?
- Siempre estás preparado para la rutina, pero el día del partido tienes que luchar a tope porque hay un equipo enfrente que te quiere ganar. En los entrenamientos te puedes dosificar un poco más, pero en los días de partido no vale eso. Hay que ser consecuente con esas cosas.
-Las estadísticas hablan esta temporada de 10 puntos en 20 minutos, 3.2 rebotes, 1.2 asistencias un 54% en tiros de campo. Las firmaría cualquier jugador de 25 años. Incluso un 100% en triples (1/1).
- El trabajo está ahí y siempre he sido un jugador capaz de aportar cosas al juego independiente de los minutos, pero cuando ya tienes que empezar a tirar mucho de tu cuerpo, aunque la mente vaya bien y tengas la experiencia y el saber hacer, el segundo esfuerzo ya me costaba demasiado y en baloncesto hacen falta más de dos esfuerzos.
-Seguro que han surgido voces que le han animado a continuar un año más
- Sí, por supuesto. Apoyo para seguir he tenido. Pero mi honestidad con el club está por encima de todo. No quiero que dentro de tres meses tener que dejarlo de malas formas o porque el entrenador decida que ya no debo estar.
- ¿Por qué a los cuarenta y no a los 39 o a los 41? ¿Su pérdida de energía ha coincidido con el cambio de década?
- Ha surgido este año. No eliges el momento. El año pasado no lo noté porque eran otros momentos, otras circunstancias. Esta vez he notado que me costaba encontrar el punto necesario para competir. Las cartas no se eligen sino que te tocan, pues lo que toca es saber jugar con esas cartas.
- ¿Ha influido en su decisión la agónica temporada del equipo?
- No, esto es algo que ya viene de atrás. Curiosamente, los dos últimos partidos contra Getafe y Zornotza es cuando más vivo me he encontrado. Precisamente por los momentos, por las circunstancias y porque el equipo y el club lo necesitaba. Esos dos partidos estaba a tope de todo y me encontré muy bien, pero si tengo que esperar a que el equipo esté al límite para encontrarme bien.. Eso no puede ser. No puedo perderme veinte partidos al año.
-Lidera usted la clasificación histórica de partidos y de rebotes de LEB Plata ¿Pero no le da un poco de rabia el hecho de quedarse a 137 puntos de ser el máximo anotador de la liga o a un partido de los 400 en la categoría?
-Bueno, nunca me he fijado en los números personales. Son una consecuencia de un trabajo, de unos años, de un sacrificio, de unos hábitos... ¿Si me siento satisfecho y orgulloso de esos números? Pues sí, lógicamente. Siempre te gusta ese pequeño premio. Pero en algún momento hay que parar y ya está. No me queda ninguna espinita porque después de tanto tiempo aprender a disfrutar de cada día, de cada momento y que no te quede nada pendiente.
- ¿Habrá síndrome de abstinencia?
- De momento esta semana la llevo bien (risas). Como estoy trabajando para ser el mejor entrenador posible estoy llevando esos hábitos como jugador a la otra parte. La adrenalina ahora la encuentro con cada partido o con cada entrenamiento de cantera. Creo que voy a suplir una situación con la otra.
- Pero el jugador que se convierte en entrenador siempre echa algo de menos...
- La toma de decisión es lo que realmente tiene el jugador. Ahora ya no podré disfrutar de una toma de decisión correcta en la cancha. Eso era lo que más me satisfacía como jugador y lo que echaré de menos. Ahora lo disfrutaré de otra manera.
- Ahora que es entrenador, ¿en qué le exigiría más al Alberto Rodríguez jugador?
- A Alberto Rodríguez jugador siempre le exigiría que cada vez que le llegase el balón que suceda algo en el juego. Que tome la decisión correcta y que genere cosas positivas para el equipo.
- Ya veo que va a ser un entrenador con mentalidad ofensiva. No me dice nada de la defensa
- Atrás le exigiría ser mucho más consistente en el uno contra uno.
