Hay partidos que viven atascados desde el minuto uno. Y eso ocurrió ayer en As Cachizas donde Unión Dena y San Esteban cuajaron uno de esos en donde ninguno estuvo acertado frente al área rival. En partidos así sólo cabe apelar a la heroica o la fortuna. Y el Dena encontró la segunda a falta de cuatro minutos en un saque de esquina botado por Portela que Táboas, imponente, cabeceó en el primer palo a la red.

Hasta entonces el partido había transcurrido plano en cuanto a llegadas al área. En el primera parte el Dena no pudo imponerse en el medio del campo a un San Esteban sobrio atrás y que tiraba la línea hacia arriba para presionar a los locales. Táboas avisó a los siete minutos al rematar de cabeza fuera por poco un saque de esquina, preludio de su acción postrera en el 86. No tuvo más el Dena que no encontró ni el punto de intensidad en el centro ni la inspiración de Oubiña en el ataque.

Salieron tibios los locales en la segunda parte y vieron como el San Esteban se fue adueñando del partido. Los de Beade avisaron ya en el 47 con un disparo de Seara desde el borde del área que se estrelló en el travesaño. Y luego dispusieron de dos ocasiones, a cada cual más clara. Primero en el 56 en un remate con la derecha de Sergi en el área, al que Óscar respondió con una buena mano enviando a córner; y luego en el 80, esta vez en una contra en la que Cora se plantó por la izquierda solo en el área, pero de nuevo emergió la figura de Óscar salvando la acción.

Mientras Isidro Barbeito movía el banco buscando la reacción de los suyos. Merced a ello el últimos diez minutos lograron sacudirse un tanto las llegadas del rival y el equipo apretó arriba, pero sin generar una sola ocasión de gol. Así las cosas el balón parado parecía el único recurso. Y este brindó el gol en el minuto 86 con el remate de cabeza de Táboas que supuso tres puntos de oro. Sufrió el Dena en la prolongación en la que el San Esteban dispuso de un buen balón en el área que no encontró la red por centímetros.

El triunfo permite al Dena subir una posición a costa del Caldas, meterse antepenúltimo y con el Bahía y Pontevedra B a tiro. Los meañeases se cargan de razones para seguir soñando.