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balonmano - Primera Autonómica

El Rasoeiro pone a prueba sus límites

Con billete para la fase de ascenso el club ya valora pros y contras del salto a Nacional

Los grovenses reciben este sábado al Chapela, actual colista, antes de la final en Pontevedra. // Muñiz

Nunca antes el Rasoeiro había completado una temporada tan primorosa en lo que respecta a su primer equipo masculino. A falta de dos jornadas los de Quito Parada ya han certificado su presencia en la fase de ascenso con el reto, en cuanto al tramo final, de alzarse con el título liguero en la final que le espera ante el Teucro en la última jornada.

Con el derecho a soñar legitimado por los excelentes resultados, el club ya se ha planteado la disyuntiva de qué hacer en caso de conseguir sobre la cancha el pasaporte a Primera Nacional. Muchos, y de muy diverso tipo, son las variables a tener en cuenta. Respecto a lo relacionado con lo material -leáse presupuesto- desde el club grovense entienden que sería un problema menor. La principal duda radica en si la filosofía actual del primer equipo encajaría en una categoría tan exigente desde el punto de vista deportivo.

El propio Quito Parada descubre que "los desplazamientos serían incluso más cómodos en Nacional. Solo tendríamos que viajar por Galicia, pero el principal gasto presupuestario sería en los arbitrajes que subirían a más del doble". En este sentido las cantidades son muy claras, pues mientras un arbitraje en la actual primera autonómica cuesta 300 euros, la cuota federativa en la categoría inmediatamente superior asciende a los 750 euros.

En un plan estimativo de lo que habría que incrementar el presupuesto, Parada considera que "habría que aumentar en alrededor de 10.000 euros el gasto. Podría ser asumible, pero para lanzarnos a esa aventura lo más importante es el total y absoluto compromiso de todos los que formamos la plantilla".

Y es que es la disponibilidad y voluntad de los jugadores lo realmente innegociable para pensar en hacer uso de un posible billete a la categoría superior. El entrenador, y parte vital de la primera plantilla, tiene claro que "si subimos no nos vamos a volver locos. Seguiremos contando con los mismos jugadores que tenemos. Solo si ellos no pudiesen comprometerse como exige la categoría pensaríamos en traer a alguien, pero solo si se trata de casos puntuales".

Mantener la cohesión actual del grupo es algo en lo que pone especial énfasis su entrenador. Por ello no tomará decisiones unilaterales de ningún tipo respecto a las altas y bajas que pudiesen producirse. "Ahora mismo el ambiente del equipo es inmejorable. No recuerdo una plantilla tan unida como la de este año. Entre todos, si llega el caso, hablaremos de la idea de afrontar el ascenso con las mayores garantías posibles, pero sin hipotecar ni al club ni al equipo. Creo que a todos nos haría ilusión jugar en una categoría superior, pero para nada nos vamos a volver locos".

Los condicionantes laborales de muchos de los integrantes de la plantilla se convierten en el principal escollo para asumir una mayor exigencia deportiva, "los trabajos incluso nos condicionan este año. Somos un equipo con jugadores todos de O Grove, excepto dos chavales formados en el club pero que vienen desde Pontevedra. Además hay que pensar a largo plazo y si no cuidas a los jugadores de O Grove la viabilidad de un equipo sénior tendría muy poca trayectoria. Y si tenemos que renunciar a un posible ascenso lo haremos".

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