La solidez con la que el Kemegal Cortegada se plantó en Lugo terminó por convertirse en el factor diferencial ante el Durán Maquinaria Ensino. Bastó con el devenir de las primeras acciones para corroborar que el equipo de Rubén Domínguez mostraría muchos más argumentos que su rival.

La aparición del acierto en los lanzamientos exteriores condicionaron cualquiera de las defensas que emplearon las lucenses para desarbolar el ataque arousano. Ya fuese presión asfixiante sobre la subida de balón o zonas en el cinco contra cinco, lo cierto es que el Kemegal Cortegada tuvo el equilibrio para nunca entregar la delantera en el electrónico.

El 10-20 con el que se cerró el primer parcial fue premonitorio. Ni siquiera el hecho de que las locales se acercasen en el marcador a la llegada del descanso alteró la hoja de ruta. La defensa y la imponente presencia de Amy Syll en labores reboteadoras -capturó 15 rechaces- convertía en inconsistentes los arranques de orgullo de las de Juan Nécega.

En el tercer cuarto las vilagarcianas volvieron a doblar a su rival en el parcial y, aunque la ventaja en el marcador no era definitiva (38-50), la sintomatología del partido daba como resultado un diagnóstico claro. Pese a ello nunca bajaron los brazos las lucenses. Lo intentaron a base de una mayor agresividad, pero el acierto desde la línea de personal de todo el equipo arousano (20/26 desde esa distancia) hizo inútil cualquier amago de poner en dificultades su triunfo.