Tiene el Villalonga en Vigo la oportunidad de dar un paso más hacia la meta en la que se ha convertido el retorno a Tercera División. Allí espera un Alerta Navia (16 horas) que, con 24 puntos menos que los celestes, también tiene bien encarrilado su objetivo, que no es otro que la permanencia.

El precedente más reciente en lo que se refiere a comportamiento de los de Antonio Fernández lejos de San Pedro sirve para descartar cualquier tipo de euforia. Y es que aquella derrota en el campo del Arenteiro hace quince días puede pasar de un simple estornudo a un resfriado lejos del abrigo de sus aficionados.

Tampoco está para demasiadas intimidaciones un Alerta Navia que solo ha podido ganar uno de sus seis últimos partidos en su campo, pero el Villalonga tiene claro que mantener o incluso ampliar su colchón de diez puntos respecto al ascenso pasa por no pensar más allá de lo que no sea ganar su partido.

El Céltiga, que recibe al Estradense (17 horas), estará ojo avizor a lo que suceda en los dos partidos de los equipos que le preceden en la tabla, aunque con mucho más interés esperará el resultado del Gondomar-Atios especialmente si los tres puntos se quedan en el Salvador Otero. Ahí está el principal escollo de los de Edu Charlín, que recibirán a un conjunto dezano que se juega el último tren hacia las plazas cabeceras dado que son cinco los puntos que le separan actualmente de los de A Illa.

Cuatro victorias consecutivas, unido a un extraordinario balance goleador de 12 goles a favor por solo uno en contra en dicho intervalo, parecen confirmar la fortaleza de la candidatura del Céltiga a dar caza a una de las dos primeras plazas en los poco más de tres meses que quedan de competición. Ni siquiera la irregularidad mostrada por el Estradense a domicilio en lo que va de año, con tres derrotas y un empate, hace bajar la guardia a los arousanos.

El Unión Grove, con necesidades muy diferentes a las de sus vecinos, vuelve a Monte da Vila (17 horas) con la intención de superar lo que se ha convertido en una especie de trauma. Con solo dos puntos sobre la zona de descenso directo, los de Borja Burgos tratarán de superar al Marcón y, con ello, decir adiós a cuatro victorias consecutivas como local.

Mucho más desahogados llegan los visitantes. Sus 35 puntos le sirven para mirar con tranquilidad lo que le viene por delante desde su confortable octava posición. Y eso, pese a que solo han podido sumar cuatro puntos en las seis últimas jornadas.